Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Por muchos años lectores y cinéfilos en todo el mundo han discutido acerca del enfrentamiento libro vs película, un debate que ha tenido numerosos capítulos y que como sucede en cualquier disputa, todo dependerá del cristal con que se mire y por supuesto del producto del que estemos hablando.

No es ningún misterio que en la actualidad todas las películas que salen alrededor del mundo apenas la mitad se podrían considerar como originales, es decir, cuyo guion o historia fuera pensada para llevarse al cine desde un inicio y cuya idea no haya sido montada en algún otro medio. La otra mitad son cintas copias o nuevas versiones que vendrían siendo los remakes, adaptaciones televisivas o teatrales, y por supuesto las que son trasladadas directamente de un texto literario a la pantalla. En los últimos años tenemos numerosos ejemplos con las sagas basadas en best sellers como El señor de los anillos, Harry Potter, Los juegos del hambre, Millenium, etc. Con las redes sociales y el internet que han traído como consecuencia la globalización el dilema sigue siendo más y más comentado.

La respuesta inmediata y políticamente correcta sería decir que los libros son mejores, los argumentos son claros, la idea original proviene de ellos, deja en el lector la capacidad de imaginación, la historia puede estar mucho mejor narrada pues no hay un límite de extensión, y el más común de todos es que muy difícilmente una película podrá ser completamente fiel al texto en que se está inspirando.

Desde este último punto está claro que un filme llevaría las de perder, principalmente porque es imposible poder satisfacer a la mayoría de los lectores, debido a que su imaginación ha sido sustituida por la de un director, por lo que si la visión del lector y el cineasta no es la misma difícilmente el primero conectara con la proyección de las imágenes creadas por el segundo. Y por supuesto es más que obvio que una película nunca podrá ser completamente fiel al libro, para ser completamente fieles el metraje tendría que ser de unas 8 o 9 horas por lo que sería un objetivo imposible de conseguir.

Aquí me parece que hay una premisa que se debe aceptar desde un inicio y es que una película no es la copia del libro, si así fueran un director no tendría derecho a llamarse como tal, y es que un cineasta es un hombre que debe ser capaz de crear un estilo o autoría, si uno quisiera que la película fuera una simple copia serían los escritores los directores de estos productos, sin embargo un realizador debe ser capaz de hacer de la historia del texto que adapta propia y proyectarla en su mundo. ¿Imposible dicen algunos? Hitchcock y Kubrick son ejemplos claros de lo que menciono, dos autores cuya filmografía está casi repleta de adaptaciones literarias, sin embargo su trabajo fue tan excelso y personal que hoy estas historias se les podría considerar más propias que de sus escritores originales.

Otro factor que hay que tener en cuenta y que me parece es la respuesta más adecuada es que se tratan de dos medios totalmente distintos, se trata incluso de una comparación totalmente equivocada y que no tiene pies ni cabeza. Pongamos como ejemplo El Padrino de Mario Puzo y dirigida para el cine por Francis Ford Coppola. Ambos; libro y película, consideradas obras maestras de su ramo, sin embargo sería un desacierto querer compararlas, pues la comparación correcta sería confrontar el libro de Puzo con Don Quijote de Cervantes o Cien años de soledad de García Márquez, y al filme de Coppola con Ciudadano Kane de Welles o Los siete samurái de Kurosawa, es decir productos de su ramo, que haya una confrontación real con similitudes en las artes.

El cine siempre tendrá una gran deuda con la literatura, de eso no me cabe la menor duda, grades filmes fueron concebidos de grandes libros, por grandes escritores, por grandes textos. Hasta ahí, a partir de su separación hay que entender ambas disciplinas como dos artes totalmente distintas y únicas, dos grandes fuentes de cultura, que hoy en dia es tan necesario y vital seguir manteniendo y difundiendo.

¿Ustedes prefieren un buen libro o una buena película?