Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

“Tengo diez mandamientos, los primeros nueve dicen: no debes aburrir”. Pocas frases definen tan contundentemente a un director, en este caso a uno de los mejores de la época dorada de Hollywood, un artista en toda la extensión de la palabra, un cineasta que debe ser imprescindible revisar para todo buen cinéfilo, un histórico, un mito. Quizá el narrador por excelencia del cine, el gran Howard Hawks.

Cuando hablamos de la época dorada de Hollywood inmediatamente se vienen a la cabeza los nombres de Ford, Hitchcock o Wilder, sin embargo Hawks tiene méritos de sobra para estar a su altura, posee un estilo bien definido y una filmografía llena de clásicos incontestables, aunque jamás gano un Oscar hasta su honorifico en 1975, la historia le ha dado su lugar como un director de culto.

El manejo de los ritmos de Hawks es antológico, su decálogo lo seguía al pie de la letra, no hay tiempo para el tedio o lo contemplativo en un filme de él, no era necesario que hubiera acción en escena, el tipo tenía la enorme habilidad de que incluso en secuencias llenas de diálogo o en juegos de miradas el tiempo se te pasaba volando, su fluidez para la narración es perfecta, sin fisuras, no necesitaba de efectos como lo hacen casi la mayoría de los directores de hoy en día para entretener, lo de él era talento puro.

Hawks además domino cualquier cantidad de géneros en su época, quizá ningún director de la historia (solo Kubrick se le compara) manejo tantos géneros cinematográficos para salir triunfante en cada uno de ellos, siempre aportando algo nuevo. Paso por el western, la comedia, el musical, el de aventuras, el cine negro, el bélico, entre otros.

Sin duda se trata de uno de los mejores directores narradores que ha dado el séptimo arte, una leyenda, un todo terreno, un verdadero entretenedor de cualquier clase. Algo es seguro cuando uno ve un filme de Hawks, y es que los ojos siempre permanecerán abiertos el tiempo que dure el metraje, solo un genio es capaz de ello.

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Scarface. Para lo que crean que el filme Scarface dirigido por Brian de Palma y protagonizado por Al Pacino es original los sacamos de su error, porque fue este filme el primero en contar esta historia con un trabajo mucho más elegante y potente a nivel realización, sobre todo teniendo en cuenta la época, pues la primera versión es de los años 30s. Uno de los primeros clásicos del cine de gánsteres, Hawks uniendo fuerzas para su filmación con el millonario Howard Hughes.

Bola de fuego. Una de las mejores comedias de la historia, una cinta que narra la extraña relación de una hermosa chica con un grupo de nerds profesores. ¿Alguien se acordó de La Teoría del Big Bang? Nuevamente la originalidad partiría sesenta años antes con esta película llena de gags memorables y un climax insuperable. Barbara Stanwyck hace una interpretación maravillosa, mientras que Gary Cooper es la inocencia personificada con su sola mirada.

Rio rojo. Uno de los mejores westerns que se han hecho jamás, con un John Wayne que jamás estuvo mejor y un ritmo indescriptible, fenomenal, fuera de concurso, nunca dos horas se han hecho tan cortas. El talento de Hawks llega a su nivel más alto en este clásico imprescindible, lleno de momentos memorables y uno de los dilemas morales más complejos dirigidos al espectador. Finalmente destacar si no conocen al mejor actor de reparto que ha dado el cine jamás, este es un buen filme para conocerlo, Walter Brennan es uno de los grandes.