Por: Daniel Hernández García.

Entre barcos rupestres navego nuestro Rockdrigo, sabio rupestrico y chilango cabula, que nos analizo haciendo rolas urbanas bastante humanas. Y nosotros como perros en el periférico, entre historias profundas, de verdades tan oscuras que se te aplaude si las ves. Talvez por un momento no sepas que hacer con tu ser. Músico que con el cogote nos canto historias de intelectuales que se encerraban en baños, sumergidos en trópicos de neon. Entre nubes de smock salto de un abismo oscuro y negro que es nuestra Defectuosa ciudad de hierro, donde amas de casas un poco tristes barren historias utópicas bastante típicas, en donde trabajo cuesta conseguir trabajo y de chicas con suerte que se alimentan de la televisión, e historias de amor del Jack el destripador. Montado en su guitarra jarocha y su salpicante armónica llego a cantar a presos sus versos, llevando un poco tarde el mensaje de pórtate sensato, cuando ya se encontraban por un asalto chido embarrados en barrotes, donde florecen vaqueros que ahora son policías, agandallando a vivos y conejos. Resumiendo arquetipos conjugados de tiempos duros explotando en todos lados, un boxeador por definitiva, en una ciudad sumergida en alcantarillas, en donde proféticas palabras nopaleras entraron en nuestros oídos dejando únicamente parajes indómitos.
Un pedazo de aerolito de tierras veracruzanas, chilango rupestre que tuvo la suerte de encontrarse con la muerte y ofrecerle un vaso rehenchido en un instante distante y si alguna vez has estado al revés ya sabrás quien es.

Préstame tu maquina del tiempo
que siempre te veo muy feliz
no seas egoísta, presta el cuento
para así poderlo compartir.

Préstame tu maquina del tiempo
también por ahí quiero viajar,
conocer el cielo y el infierno,
en tu compañía aeronaval.

Disparado hacia el cielo,
rumbo a Andrómeda,
vagando por el infinito voy,
fastidiado de la guerra y la explotación
de historia circular de vicio y corrupción.

Préstame tu maquina del tiempo
quiero conocer la eternidad
saludar de manos a lo nuevo
y perderme en una extraña edad

Préstame tu maquina del tiempo
que al cabo tu ni la vas a usar
se que tienes miedo a disolverte
y perder tu extraña identidad

Disparado hacia el cielo,
rumbo a Andrómeda,
vagando por el infinito voy,
fastidiado de la guerra y la explotación
de historia circular de vicio y corrupción.

Préstame tu maquina del tiempo
préstame tu maquina del tiempo
presta tu maquina del tiempo
ya me voy hacia otra dimensión
llena de smock.

Rodrigo González “maquina del tiempo”.