Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Antes de que Ingmar Bergman expusiera en el cine sus cuestionamientos hacia la vida y Dios, antes de que Lars Von Trier pusiera a Dinamarca en el mapa del séptimo arte con sus películas atípicas y controvertidas, existió Carl Theodore Dreyer, un director y guionista de cine danés pero que también filmo en otros países, cuyas historias en general tocaban temas como la religión, la vida, la muerte o incluso la brujería.

Como muchos otros directores de la época los inicios de Dreyer se remontan al cine mudo, su carrera cinematográfica como tal comienza a finales de los años 10s e inicio de los 20s, la mayoría de sus filmes los dirigió en esta época, ya que en la parte final de su trayectoria apenas filmo un total de 4 largometrajes en un total casi de 20 años.

Era un cineasta que prefería la calidad a la cantidad, sus películas todas siguen la misma línea, bien definida y trazada eso sí, era un director que buscaba siempre cuestionar a la religión, la existencia de esta, las creencias en Dios, la muerte. Todos sus filmes fueron filmados en blanco y negro, sin embargo se trataba de un trabajo visual muy poderoso, conseguía grandes tomas tanto panorámicas, close up e incluso planos secuencias de mucha planificación. Sus cintas poseen un gran realismo pero también iba de la corriente expresionista, retratando el lado oscuro del ser humano.

No era un gran cinéfilo sin embargo, el mismo acepto ver muy poco cine ya en su etapa más madura, principalmente menciono se vio influenciado por el pionero del cine D.W. Griffith o el sueco Victor Sjostrom.

Un director a reivindicar sobre todo para las nuevas generaciones, de un estilo único e inimitable, con una filmografía corta pero llena de grandes aportaciones al cine, sus ideas expone en sus cintas a un cineasta de suma inteligencia pero lleno de cuestionamientos sobre la aventura que es la vida.

“Un director debería reflejar en sus películas sus sentimientos y estados de ánimo y lograr despertar los sentimientos y estados de ánimo del espectador”.- Carl Theodore Dreyer.

3 películas para recomendar

La pasión de Juana de Arco. De largo la mejor película sobre la figura de Juana de Arco y una de las mejores películas mudas de la historia, de hecho en el género dramático es una de las cumbres antes de que se sonorizara este arte. Los close up para enfocar los sentimientos y expresiones de la protagonista Renée Jeanne son de escuela, puede que jamás un enfoque al rostro haya dicho tanto. Una película maravillosa.

Dies rae. Película que narra un tema tan escabroso como la cacería de brujas en pleno siglo XVII pero que a la vez es una historia que critica mucho a la religión, sobre todo en lo que se refiere a su poder y sus castigos a quienes corrompen su ley. Una cinta no muy conocida en estos tiempos pero cuya riqueza cinematográfica se mantiene intacta.

Ordet. Por mucho la mejor película de Dreyer, lo que no hace demeritar el resto, pero lo cierto es que se trata de un filme de una inteligencia suprema, los cuestionamientos sobre Dios, su existencia y la muerte nunca se ha expuesto con tanto conocimiento, pero además la inteligencia va unida con un perfeccionismo visual soberbio, con planos secuencias maravillosos y cerrando el círculo un final lleno de lecturas. Una obra maestra.

2 COMENTARIOS

  1. No estoy de acuerdo con lo último… Creo que Gertrud es la más grande obra maestra de Dreyer, y una de las películas más hermosas que haya visto.