Por José Luis Ayala Ramírez

Los vampiros son tema de moda en los últimos años, en el cine, en la televisión, en la literatura, parece que estas criaturas de la noche están agarrando una especie de segundo aire en la actualidad, muchos de estos proyectos nuevos con resultados desastrosos, otros siendo propuestas muy notables, pocos de ellos sin embargo alcanzaran el estatus de culto al nivel de un Drácula de Bram Stoker, clásico tanto en la literatura como en el séptimo arte.

Jim Jarmusch es un director atípico con un estilo en sus películas poco convencionales, pero es precisamente esta cualidad la que le ha valido ganarse admiradores alrededor del orbe, por eso cuando se dio a conocer que el próximo proyecto de este cineasta seria sobre vampiros las expectativas no se hicieron esperar. “Solo los amantes sobreviven” es un filme que sigue a un par de amantes vampiros que tras un tiempo de estar separados deciden reunirse nuevamente.

Se trata de un filme nocturno pero sobre todo sumamente melancólico, el viaje en el que nos sumerge Jarmusch es sumamente real y convincente, al espectador se le olvida por momentos que los protagonistas son vampiros. El trabajo atmosférico que consigue el director es muy aplaudible, un trabajo fotografía que apoya más aun esta melancolía, el paisaje que se nos dibuja es sumamente triste, desolador, como si de un filme apocalíptico se tratara.

Pero si la forma y el trabajo visual son hipnóticos, el fondo es sumamente hueco, poco interesante y con apenas unas cuantas líneas argumentales que vale la pena destacar. El mundo del vampirismo de Jarmusch es muy interesante pero le falta una buena historia que le siga el juego, sin embargo eso sería pedirle algo imposible a un director que casi nunca se ha preocupado por contarnos una historia con chispa, aquí como en la mayoría de sus filmes retrata más que nada la cotidianidad, lo poco trascendental, la vida misma.

Jim Jarmusch no decepcionara a sus seguidores con su Solo los amantes sobreviven, el estilo del director nuevamente esta en cada uno de sus fotogramas, solo que en esta ocasión el director ha decidido tomar como protagonistas a unos vampiros y asi arrojar una que otra cuestión existencialista y una crítica hacia el modo en que los seres humanos han vivido a través de los siglos.

Sostiene en su mayor parte del metraje una gran pareja protagónica compuesta por Tom Hiddleston y Tilda Swinton, ambos exponiendo esa sensación de oscuridad, de soledad, de locura, sin duda ambos se sienten muy cómodos en este tipo de personajes.

Un nuevo retrato interesante sobre el vampirismo, sobre el mito de estas criaturas y su peculiar forma de vida. Más cerca de una genialidad de un filme como Let the right one in que de un desastre como la saga Twilight o la infame Dark Shadows de Tim Burton, aun asi a un servidor le hubiera gustado pensar el pedazo de película que nos hubiera podido haber entregado Jarmusch con un mejor guion.