Por José Luis Ayala Ramírez

Seguramente en el ámbito cultural solo detrás de Sor Juana Inés de la Cruz, la mujer mexicana que ha sido mayor síntoma de orgulloso para nuestro país sea la pintora y auto retratista Frida Kahlo, la cual este 13 de julio cumplirá 60 años de su fallecimiento en la pintoresca ciudad de sus amores Coyoacán.

A pesar de ser una de las figuras más representativas de México, la vida de Frida Kahlo se ha llevado apenas dos veces a la pantalla grande, la primera en una cinta mexicana protagonizada por Ofelia Medina y la segunda una producción americana cuyo estelar recayó en la veracruzana Salma Hayek.

Frida, naturaleza viva fue estrenada en 1983 bajo la dirección de Paul Leduc la cual se hizo acreedora a un total de 8 premios Ariel a lo mejor del cine mexicano incluyendo los de mejor película, director y actriz protagónica para Ofelia Medina. Se trata de un filme que posee un buen trabajo de ambientación sobre todo en la dirección de arte, con una narración construida a base de flashbacks donde la artista recuerda los momentos que marcarían su vida, pero la arriesgadísima jugada del director sería volver a este filme atípico con el poco uso de diálogo, en muchas partes del metraje de trata más de un producto totalmente contemplativo. El fallo vendría siendo que el espectador debe estar bastante informado sobre la vida de la pintora o corre el riesgo de perderse entre los momentos importantes, esto causa lagunas severas de narración dejando una película bastante irregular.

Este grave fallo seria corregida en la más que interesante Frida de la directora Julie Taymor (Across the universe) estrenada en el 2002, la cual tuvo una acogida bastante notable por parte de la crítica y del público, sobre todo del mexicano que se sintió identificado a pesar de ser un trabajo hollywoodense pues Salma Hayek le daba el toque nacional, una interpretación que la actriz se entrega en cuerpo y alma y que le valió una nominación al Oscar como mejor actriz protagónica. La ambientación de Coyoacán está llena de perfección cuidando cada detalle para su recreación, mientras que la fotografía de Rodrigo Prieto crearía una atmosfera bastante añeja pero acorde al contexto histórico, juntándolo con el peculiar estilo visual de una directora que plasma en varios segmentos ese toque característico, el más destacado de ellos como fusiona música e imágenes mientras se escucha la canción Llorona interpretada por la mítica Chavela Vargas. El guion cubre las etapas más importantes en la vida de Frida Kahlo pasando por su accidente, su discapacidad, su trabajo en la pintura, su relación tormentosa con Diego Rivera, su aventura con Leon Trotsky, su bisexualidad y finalmente su trágica muerte. Si hay que ponerle dos “peros” a esta película el primero sería que la dirección no es constante, hay momentos muy brillantes y otros que no lo son tanto y que incluso conducen al tedio. La otra seria que el filme fue rodado casi en su totalidad en inglés lo que le resta realismo e identificación.

Dos filmes de Frida Kahlo, dos visiones diferentes, dos formas de entender su vida, dos interpretaciones grandes tanto de Ofelia Medina como de Salma Hayek, Frida ha quedado inmortalizada para siempre en la gran pantalla con los performances de estas actrices mexicanas. ¿Ustedes que versión de Frida prefieren?