Por Erick Gálvez Ayala

Las verdaderas razones por las cuales decidimos comenzar una relación amorosa no necesariamente son suficientes como para mantener viva la esencia del amor, en ocasiones todo se vuelve rutinario y no hay capacidad por parte de alguno de los miembros del idilio para conservar o incluso evolucionar el cariño.

En 1907 una pequeña nacida en la ciudad de México no imaginaba que viviría una relación de amor, odio, admiración, deseo, etc., su nombre era Frida Kahlo una pintora de mucho carácter, una apasionada del arte, tenia una pasión por lo exótico, lo diferente era su debilidad. Ella era hasta ese momento desconocida en el medio de la pintura, tenia una gran admiración por el muralista Diego Rivera, en uno de esos arranques de temperamento lo buscó para mostrar su trabajo, sus años de esfuerzo, la reacción de aquel reconocido artista fue en primera instancia de mucho respeto, la admiración pronto se volvió mutua.

Diego era uno de los muralistas mas famosos, una de sus debilidades sin duda eran las mujeres, fue un gigolo en potencia, a pesar de que no era el prototipo de belleza tuvo romances con innumerables féminas. Inicio su relación afectuosa con Frida, como muchas otras, pero los años la pusieron como su mujer más amada, la diferencia de edades al principio fue uno de los grandes impedimentos por parte de la familia de ella, sin embargo, nada impidió que se casaran en 1929 cuando ella tenia 22 años y el 43.

Su amor es de esos salvajes, es un tormento, una belleza, una pasión celestial pero al mismo tiempo es grosero, es egoísta. Es cierto que el amor es incondicional, que como todo en la vida se transforma. Los primeros años fueron de educación de Diego a Frida, la formación comunista, sus grandes ideales fueron representados también por Kahlo. Viajes por distintos países donde había vivido Rivera, exposiciones, fiestas de egos desenfrenados, noches de pasión que no siempre incluían a la esposa.

Con el tiempo se volvió muy común los arranques de celos que ella tenia, en la mayoría de las ocasiones justificados, el gusto por el sexo femenino era un punto débil para el muralista. Los años fueron haciendo insensible a Frida en cuanto a los deslices de su marido y decidió pagarle con la misma moneda. La pequeña diferencia era que nuestra pintora no tenia ningún empacho en que la traición se hiciera con un hombre o con una mujer, se hizo de tantos amantes que en noches consecutivas cada uno dormía con alguien distinto. Ciertamente lo curioso fue que todos sus amigos cercanos sabían que existía el adulterio de los dos, era un secreto a voces, aunque nadie comentaba algo al respecto cuando se encontraba la pareja junta.

No tuvieron hijos, se dice que en una ocasión tuvieron un aborto, durante 11 años fueron felizmente desgraciados, y estuvieron satisfechos; sin embargo, las constantes peleas, molestias por infidelidades y el machismo exagerado de Diego hicieron que se divorciaran. Inexplicablemente un año después se casaron de nuevo para continuar la historia de un amor como pocos, un amor fulminante, hiriente, descomunal, eterno.

Diego y Frida representan una historia de amor sui generis, muchos se preguntan porqué si se amaban se engañaron, pero es algo que nadie puede contestar, lo cierto es que su profunda admiración mutua los hacia querer estar atados el uno al otro. Dicen que no hay rosa sin espina y no es amor si no lastima, con ellos aplica perfectamente, si duele es amor, tiene que raspar, sangrar, hacernos gritar, llorar, de lo contrario no vale la pena amar.

«Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me paso en la vida es mi amor por Frida». – Diego Rivera

1 COMENTARIO

  1. Es bueno saber un poko mas d eyos la verdad se dicen tantas cosas k ni se sabe k tan cierta fue su vida mm estataria bien k si se puede m manden mas informacion graxias