Por José Luis Ayala Ramírez

No es la primera vez que Clint Eastwood entra en terrenos musicales (en cuanto al género cinematográfico), ya antes había demostrado su valía de forma superficial en El aventurero de medianoche y ya más en forma en Bird donde realizo un biopic del legendario Charlie Parker. Ahora el director llega con Jersey Boys, una cinta que narra la historia musical de Four Seasons, un grupo que tuvo gran auge en los 60s con éxitos como Big girls don´t cry o Can’t take my eyes off you.

Para la narración de su Jersey Boys Eastwood toma una decisión que pudo resultar arriesgada pero que es bastante acertada, buscando hacer una especie de homenaje al cine de Martin Scorsese más específicamente a su Goodfellas, de echo podemos afirmar que se trata de un homenaje constante, desde la presentación de los personajes, el dibujo de varios de ellos, la progresión de la historia, incluso se dan pequeños guiños al cine de gangsters.

Los personajes de Eastwood miran a la cámara e interactúan con el espectador, evolucionan a través de los años y manejan de forma alterna su carrera con su vida privada, como si de un documental se tratara somos testigos de la creación de Four Seasons, de cómo se une cada uno de sus integrantes, de sus primeros éxitos, de su llegada a la fama y finalmente su caída, todo narrado de forma elegante y clasicista.

Nuevamente el director de Million dólar baby da muestras de su maestría tanto a nivel narración como su trabajo con la cámara y manejo de actores, a medio gas este señor es capaz de conseguir lo que otros a su cien por ciento, manejando fantásticamente los tiempos utilizando elipsis y flashbacks ejecutados de forma eficaz, mientras que el trabajo de cámaras es para degustar lentamente, paneos, close up, todo marca de la casa.

Para la formación del casting principal Eastwood recurre a actores desconocidos, tres de los cuales cumplen con sus papeles, mientras que Vincent Piazza (Boardwalk Empire) se come a todos sus compañeros de elenco, su Tommy DeVitto es un personaje fantástico, tan fácil de querer y tan fácil de odiar, es el motor del filme y aunque termina por ser relegado después a un papel secundario (en beneficio del personaje de Frankie Valli) es al final quien se queda en la mente del espectador.

Hablando de Tommy DeVitto, el filme no pierde oportunidad para hacer alusión a Joe Pesci cuyo personaje en Goodfellas el nombre es prestado del integrante de Four Seasons, abriendo incluso la relación entre el actor y el músico. Frank Sinatra y Ringo Starr son otros de los mencionados en este filme, incluso a modo de cameo Eastwood aparece unos segundos en pantalla.

El punto débil de Jersey Boys viene en un guion bastante elemental, justito y poco trabajado en personajes y diálogos, por momentos hace falta más fuerza y carisma en la historia y en sus protagonistas (sin contar a DeVitto), aunque bien el filme posee uno que otro chiste que harán soltar la carcajada. Todo termina siendo muy predecible. También hay que decir que la parte inicial se pudo haber pulido más a nivel narrativo, media hora en la que Eastwood tarda en hacerse por completo de la historia sintiéndose un poco tropezada, terminando este bache el ritmo es excelente. Christopher Walken por su parte no pinta nada en la película, pasado de rosca en todas sus escenas.

No, no se trata del Eastwood de Unforgiven, Million dólar baby o Letters From Iwo Jima, tampoco el de Los puentes de Madison, Un mundo perfecto o Changeling, Jersey Boys viene a unirse a sus filmes menores como Deuda de sangre o Flags of our fathers, pero sí de esta calidad son los filmes menores de esta leyenda de la dirección, por mí que siga en activo otros diez años más. Eso sí; cuando vuelva a tener un guion a su altura, atención señores, atención.