Por Laura Vega

Twitter: @LalysVs

 

Pocos y a la vez muchos hombres han llegado a este mundo para dejar una huella que ni el paso de los años la borraría, que ni por más generaciones habrá otro ser igual, así en el mundo de la ciencia o del arte estos genios nos dejan una herencia que perdurara quizá el resto de la existencia humana.

Este año no solo se conmemora el centenario de su nacimiento, sino que además se cumplen 30 años de su muerte y se celebran los 50 de la aparición de Rayuela, la novela que marcó un hito importante en la historia de la literatura de habla hispana.

Un aficionado a los golpes y un músico frustrado, Julio Cortázar es considerado uno de los escritores más originales e innovadores de su generación siendo autor de reconocidas novelas que dieron paso a una nueva forma de realizar literatura.

Sus gustos amplios gustos por la literatura y la gran admiración que siempre demostró hacia los escritores clásicos lo llevaron a trazar un camino en el mundo de las letras, un camino que probablemente no pretendió pero que resultó ser maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal, la mayor prueba de este trabajo sin duda es Rayuela escrita en 1963 y que el mismo escritor denominaba “contranovela”, ya que esta ofrece diferentes lectura es decir es un libro que contiene otros libros pero sobre todo dos. El primero se lee desde el principio y termina en el capítulo 56. El segundo se comienza a leer en el capítulo 73 y al final de cada capítulo se indica dónde continuar la lectura.

«Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.»

Así nació un gran escritor que sin pensarlo se convirtió en uno más de los que el tanto admiro, vino a este mundo para hacer lo que lo que el creyó correcto, para hacer lo que al le gustaba aunque siempre insatisfecho de lo que vivía o conocía, al final siempre fue Y seguirá siendo Julio Cortázar.