Por: Daniel Hernández García.

Ubicada en la avenida Bucareli esquina con Morelos, se encuentra el café La Habana, fundado en el año de 1954.
Su color naranja con líneas de color café, llama la atención de cualquiera desde lo lejos; En su interior, cuadros que cuentan su historia y la historia de la ciudad al paso de los años.

Y claro este café es parte de la historia de la ciudad, en la década de los 70’s fue frecuentado por españoles exiliados por la guerra civil española, también fue guarida de guerrilleros como Fidel Castro y Che Guevara quienes entre cafés planearon la revolución cubana, inspiración de escritores como Octavio Paz y García Márquez y punto de albergue del movimiento infrarealista, liderado por el chileno Roberto Bolaño y el poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro.

Si bien este café es frecuentado por cientos de personas a diario, entre clientes habituales y curiosos. La mayoría no son movidos por su historia, ni por su excelente café veracruzano, son atraídos ahí por la nostalgia de saber donde se conocieron sus padres, por el recuerdo de aquella citas con la persona ideal, donde ancianos se reconocen y nuevamente se sienten jóvenes o en verdad resueltos, grupos de amigos que se sumergen en conversaciones de un tiempo pasado. El ruido de la urbe es desplazado por el sonido de tazas y voces humanas que comulgan es estas paredes desgastadas.

Y así como a ellos a mí también me trajo la nostalgia, pero no la de saber donde se promulgaron los versos mas irreverentes, ni la inspiración mi escritores favoritos, ni siquiera el ardor revolucionario. Hoy me trajo la nostalgia de encontrar la sonrisa de una amiga, que seguramente ilumino un día este lugar, su nombre Araceli Martínez. Este lugar lo conocí por ella, por la promesa de tomarnos un café en este lugar, mientras disfruto de un expresso y un queso fundido me viene a la mente su risa y su voz diciéndome lo loco que estoy; este efecto es producto de la calidez que emana el café la habana la cual no es comparable con la de otros lugares pues tiene el poder de sembrar el sentimiento de nostalgia a cualquiera que se atreva a cruzar su puerta.

Yo por mi parte se que frecuentare este café y talvez pida un poco del café que es tostado aquí para disfrutarlo en mi hogar y así llevarme un cachito de este lugar.

 

“Los mejores lugares son aquellos donde depositamos nuestros recuerdos”

D.H.G.