Por: Elbow Radouhr

Mi desdicha que sufro por gusto propio comenzó cuando acepte formar parte de algo que no deseo, pensando que las demas personas me cuestionarían y no tendría las palabras idóneas para hacerles entender que estaba haciendo lo correcto. Es increíble que me pierda dentro del anonimato para ser solo un títere mas, para no exigir lo que de verdad merezco, para tener la misma enfermedad terminal de fastidio que tiene esta sociedad.

Los temores de la opinión general son tan gigantes que me vuelvo un pigmeo que piensa solamente en quedar bien con un sector de personas que están viviendo un infierno parecido al mio, estoy harto de servirles para que mantengamos el mismo nivel de critica putrefacta, de quedar bien con alguien que me hace mal.

La conciencia, esa pequeña parte de mi ser que recuerdo todo el tiempo pero quisiera olvidar, me hace respirar profundamente para empezar de nuevo y cambiar los momentos de paranoia que habitan mi ser. Soy el único que puede salirse del molde que me han entregado, de ese lugar donde quieren que me mantenga ya que los distintos se vuelven especies desleales, quizá villanos por no seguir los patrones comunes, no se del todo si quiera ser eso.

Atreverme a decirle a todos como me siento seria mas sencillo, seria tan reconfortante, podría darme tanta tranquilidad como para que todo tuviera sentido, las preguntas que me hagan no tengo necesariamente que contestarlas, ni siquiera tengo que hacerles entender sobre mi conflicto. Pero no soy tan valiente, no estoy todavía en el punto de darle un giro de 360 grados a mi historia, prefiero seguir estando sin estar, hablando por hablar, encerrado en mi soledad, cayendo en cámara lenta. Lo mas probable es que no cambie nunca hasta que los golpes de la dichosa vida me hagan recapacitar, cuando me den una cachetada que no pueda olvidar, espero que aun ese día haya un camino que me de otra oportunidad.

Para las mujeres maltratadas