Por Laura Vega

Twitter: @LalysVs

 

Publicado primero por capítulos en la revista Pearson’s Magazine en 1897 y posteriormente como novela ese mismo año, El Hombre Invisible se convirtió en una de las obras más reconocidas de H.G. Wells, al hacer uso de su refinada ciencia ficción el autor escribió la historia de Griffin, un científico que obsesionado por lograr la invisibilidad se pierde en un mundo de desesperación acudiendo a cualquier tipo de recurso para alcanzar su objetivo, pero olvidando algo sumamente importante, que lo arrastrara hasta sufrir las consecuencias.

Con un título que lo dice todo y con una sinopsis que nos indica los hechos de la historia, puede parecer que ya no hay nada más que saber, sin embargo, lo que te mueve a leer es la intriga que el autor sabe plantear bien desde el inicio, logrando una lectura sumamente llevadera por su excelente ritmo narrativo, pero que al mismo tiempo pone a prueba tu paciencia con el objetivo de situarte  en una línea de juicio moral que harás valer cuando ese final tan esperado llega de forma  espontánea dejándote una sensación de perplejidad.

Para mí la primera parte es bastante buena y se pasa rápido, sin embargo, hay una par de capítulos cansados que adjudico al tema científico y que si no eres fanático podrían tornarse incluso aburridos, fuera de eso me sorprende como el escritor lograr que un personaje sea el villano y la victima al mismo tiempo, logrando que caiga bien o mal en función del momento; y que además tratándose de un personaje invisible parece no serlo del todo, pues en este caso la personalidad del mismo se hace más notoria, es decir,  creo que el autor intenta mostrarnos como hay gente invisible en la sociedad, personas que no son consideradas por el simple hecho de no encajar en una estructura social cada vez más egoísta.

Muchos escritores logran envolvernos en su mundo con historias de varias páginas y mundos fantásticos, pero pocos logran personajes que son recordados como clásicos de la literatura, siendo así el Hombre invisible un personaje que como Frankenstein ha logrado un lugar en el mundo moderno como consecuencia del conocimiento utilizado para causas egoístas, motivo de inspiración para para series televisivas, adaptaciones cinematográficas y obras de teatro.

Así bajo este argumento la novela se ha convertido en un clásico del género dentro de la literatura universal, no solo por cómo logra un personaje bien trazado psicológicamente si no por el entorno en que este se desarrolla, si bien es cierto que al terminar el libro te quedas con la sensación querer seguir leyendo, creo que ese final inesperado y crudo no pudo ser mejor, para mí es de esos que te dejan con una sensación extraña, de esos finales que se prestan a varias interpretaciones, desde una simple historia fantástica hasta una metáfora de la soledad de las personas distintas al resto de la sociedad.

H.G. Wells un fiel amante de la ciencia ficción sabe cómo imaginar lo que realmente sucedería a una persona si se volviera invisible, un visionario para su época que presenta las maravillas de la invisibilidad,  hasta la escasa capacidad del ser humano para manejar los avances de la ciencia, buscando con ello únicamente un beneficio personal abandonando todo escrúpulo y empleando los descubrimientos para enriquecerse y dominar.

“Repasé mentalmente todo cuanto un hombre considera deseable. No cabía duda de que la invisibilidad permitía obtenerlo; pero hacía que resultara imposible disfrutarlo una vez obtenido”. – El hombre invisible.