Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Genio, critico, visionario, adelantado a su época, cínico, perfeccionista, metódico, humanista, provocador, un Dios. Cuando llego la década de los 50s parecía que ya lo habíamos visto todo en el cine, pero siempre este arte siempre es capaz de sorprendernos, y más cuando llega una mente y visión como la que tenia el director de Nueva York, el genio de genios, el mejor director de la historia del cine, el Cineasta Stanley Kubrick.

Realmente no bastaría un libro entero para rendirle homenaje a la mente privilegiada que poseía Kubrick, de modo que intentaremos resumirlo en este pequeño homenaje haciendo hincapié en lo que hacia de este director tan único e irrepetible, y eso quizá era su ambición, sus ganas de superación y de contar siempre algo nuevo, este autor no rodo nunca la misma historia dos veces, sus filmes siempre iban en evolución, tanto por lo que nos contaba como por la innovación visual que suponía cada una de ellas.

Era un perfeccionista como nadie, creaba lentes de cámara para obtener la mayor profundidad de campo posible en sus planos y para poder rodar con la luz necesaria sus tomas, paseo la cámara por donde nadie jamás nunca hubiera pensado para la mayor sensación de realismo, diseñaba sets enormes, modificaba el guion una y otra vez durante los rodajes para que el montaje final terminara siendo totalmente milimétrico, hacia repetir una y otra vez las escenas a sus actores (aun cuando fuera una secuencia de 10 segundos caminando) hasta poder conseguir lo que él necesitaba, y llevo a donde nadie al espectador, a encontrarse con su sexto sentido cinematográfico, a crearle esa necesidad de pensar cuando los títulos de crédito aparecieran en pantalla.

Kubrick rodo pocas películas (el mismo declaró que era uno de sus defectos) pero en cada una aporto algo nuevo al séptimo arte y al género que tocaba en turno, ya que se aventuro a casi todos los géneros cinematográficos de la época, el bélico, la comedia negra, el cine negro, la ciencia ficción, el terror, el épico, incluso el erótico, prácticamente solo le faltó rodar un western.

La música en el cine es una antes y después de Kubrick, ya que hasta en ese entonces esta era solo un elemento más del filme, con alguna escena donde sobresalía, pero con este cineasta era prácticamente un personaje más, una grabación que se quedaba contigo y dejaba claras imágenes en tu mente, capaz de utilizar desde El Danubio Azul, Bethoveen o Así habló Zaratustra hasta una canción interpretada por soldados sobre Mickey Mouse.

Nuestra edición número 30 de Cineasta tenia que venir para este gran genio, para este súper dotado tanto a nivel mente como por su cine, un nombre que sin él, la cinematografía actual no seria la misma, podrán pasar años y años, pero nunca volverá existir un Stanley Kubrick, el era único e inimitable. Simplemente el mejor.

«Si puede ser escrito o pensado, puede ser filmado».- Stanley Kubrick

3 películas para recomendar

Senderos de gloria. La primera gran obra maestra del director, uno de los mejores filmes bélicos (por no decir el mejor) que se hayan rodado, con una lección magistral de cine y como pasear la cámara en una escena, para muestra solo ver la secuencia en las trincheras francesas donde Kirk Douglas estaba inmenso. Además deja el único rastro humano de Kubrick como director en su hermoso y soberbio final.

2001: Odisea en el espacio. Junto a Persona de Ingmar Bergman es la película más inteligente jamás hecha, tanto a que día de hoy su interpretación crear mucho debate entre los cinéfilos de todo el mundo. Probablemente sea el trabajo de dirección escénica más grande en la historia del cine, con momentos tan gigantescos, que van desde la mejor elipsis, la mejor muerte o el mejor prólogo. Es la obra maestra de la ciencia ficción y una película totalmente obligatoria.

Naranja mecánica. ¿Qué se puede decir de este filme que no se haya dicho ya? Simplemente vengan ustedes y vean el cinismo, la critica, la locura, el futurismo en su máxima expresión. La primera parte de esta cinta es la cumbre absoluta del arte donde rebasa los cielos y nos obliga a comprender lo insignificantes que somos. Es cine que sacude, que pervierte, que te invita a reflexionar y te invita a pensar.