Por Laura Vega

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Basta con leer el primer relato para enamorarse de la forma tan particular y exquisita que tiene de escribir Giovanni Papini, con palabras sencillas pero precisas que envuelven y van dejando huella en la mente; “Palabras y Sangre” es un libro de que consta de 14 cuentos escritos entre 1907 y 1910, una colección que yo calificaría como textos que plasman la agonía de la vida, el reflejo de una mente existencialista.

A veces es complicado leer un libro de cuentos porque no se trata de una misma historia, sin embargo, aquí la narrativa es la que invita a seguir leyendo, aquí la primer historia es la que da solo una pequeña muestra de lo habrá en unas cuantas páginas más, con un estilo filosófico y al mismo tiempo cruel el autor nos conduce hacia un espejo donde la psicología humana se ve expuesta a través de personajes sin nombre turbados, obsesionados, ciegos o ignorantes, que van  formando un muestrario absurdo pero verosímil del alma humana.

A pesar de no ser la obra más elogiada del escritor por no explotar al máximo su talento, es un libro que se disfruta de principio a fin, incluso se queda uno con ganas de más y no porque faltara algo, sino por lo hermoso que resulta ser, una especia de poesía atroz de la realidad inmensa y misteriosa del humano a través de historias originales que nos llevan paulatinamente por un camino de incertidumbre.

Si bien es cierto que la extensión de los relatos es contenida, si son lo suficiente para transmitir, aunque no llegan a herir nuestra mente al menos nos dejan una ligera sensación de melancolía, sobre la condición humana, con una perspectiva ácida Papini logra de “Palabras y Sangre” una antología que reflexiona sobre nuestro comportamiento, que juega e insinúa a través de la palabra sobre nuestra frágil existencia, sin más para mí es un grito poético de desesperación.

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