Por G. Mateo 

Yo soy México

encanto de América Latina

de oro soy, fulgurante

águila dormida,

mercurial piedra náutica

México soy lleno de brío

abundante cuerno entre los mares

mágico, caótico destino.

En la danza cósmica

desesperado yace mi corazón,

huele a miedo en mis adentros,

barras y estrellas me acosan

el jaguar de la noche teñido de sombras

y el espíritu noctambulo me rondan

para poseerme, hechizarme,

soy onírica nación

soy danzante perdido, volcán dormido

conejo blanco atrapado entre colmillos

me muerden y roban el aliento

volátil mi sangre se escapa

guerreros que se me escurren aceitados

entre los dedos salvajes de mi terreno,

y me olvidan luchando

contra la rapsodia del norte,

Oh!, son aves que se mueren como yo.

Lúgubre me encuentro, salvaje me oculto

en la obra inconexa de mis héroes,

en los nervios de la sierra atezada

en el eco de la playa oscilando

en el profundo aullido del lobo mexicano,

generales traidores me dispararon

con un falso patriótico arrepentimiento

veneno de bala entre la milpa

herido sin suerte

me sumerjo en la cascada

del vetusto valle de la muerte

voy llorando a mis nobles

en la caverna turbia de la serpiente

que en la hora justa de la noche

sale de su cueva a poseer fantasmas

y nadie advierte, y nadie mira

su máquina del engaño..

para tus hijos tengo el tesoro

en sus manos vibrantes lo quiero

pequeños remansos coloridos

mágicas tunas del desierto

fragancias dulces quiero,

que mi aliento de miel llegue a sus flores

que mi música de feria llegue a sus risas

y los flamencos de la fortuna canten

un Quetzal con sus alas al viento tiña

y los ríos volverán de antigüedad,

y la montaña de obsidiana volverá

oh! Fe de mi pueblo

¿cuándo tu Cruz estallara?.