Por Laura Vega 

Twitter: @LalysVs

Comenzare dando mi definición,  una novela que conmueve, que busca y persigue acontecimientos del pasado para explicar el presente de un hombre que intenta reflexionar sobre su vida.

Dividida en dos partes y con grandes diferencias que engrandecen una a otra, “La invención de la soledad” es una novela de Paul Auster publicada en 1982 que se consolida como un libro que contiene dos a su vez, que si bien para mí no se complementan del todo, al menos logran su cometido y se unifican en cierto punto por el manejo reflexivo y circunstancial acostumbrados del autor, por lo que también es considerada una de sus obras más conocidas.

En la  primera parte «Retrato de un hombre invisible», Auster con un estilo aparentemente sencillo nos introduce en su vida a partir de la muerte de su padre, trazando su relación con él, y de cómo los acontecimientos del pasado mediaron en el frío carácter del padre muerto, para al final intentar “justificar” la gran figura ausente. Con una narrativa tan fluida el escritor reflexiona sobre  la influencia del destino en nuestras decisiones y el poder de las casualidades características que me hacen pensar en su obra Leviatán, sin embargo este es más personal; siendo así la primera parte una joya literaria que conmueve e invita a la añoranza, a pensar en uno mismo y formarnos una idea de cómo queremos ser recordados; sin más el autor busca conocer a su padre intentando salvarlo del olvido.

La segunda, «El libro de la memoria», continúa esta reflexión haciendo énfasis en su propia experiencia como padre, alcanzando una serie de meditaciones organizadas pero que me dejan con la sensación de que por momentos el autor pierde el hilo haciendo un uso exagerado de citas y referencias literarias,  sin embargo,  algunas llegan a posicionarse de manera soberbia volviendo a encaminar el análisis filosófico enalteciendo la primera parte que para mí sin duda es la mejor; quizá la segunda parte no terminó de convencerme por las variaciones o digresiones en la reflexión del autor, cosa que podría entenderse por lo que él mismo manifiesta dentro de la desesperación y desconcierto de los hechos que lo envuelven, que escribe sin estar seguro de lo quiere tratar de decir, lo cual hace de esta obra algo aún más subjetivo.

Concluyendo y como ya antes mencione ambas partes de la novela se complementan creando una obra que engancha y se disfruta por el estilo narrativo del escritor, por el análisis subjetivo, y por lo conmovedor que resulta ser, me gusta como bastan esos dos personajes padre – hijo para crear una atmosfera de búsqueda y encuentros, disfruto mucho como los personajes de Auster tienen dos características en común un aire autodestructivo y unas circunstancias externas que los llevan a esa destrucción, personajes que no terminan de adaptarse a las imposiciones sociales, me gusta el reflejo de los personajes al cortar sus lazos con el mundo para al final convertirse en solitarias y ausentes. Sin más “La invención de la soledad” es en pocas palabras es el intento del autor por huir del olvido.

…Hoy he dado vueltas sin rumbo por la casa, deprimido y con la sensación de haber perdido el hilo de lo que quiero decir, me encontré con esas palabras en una carta de Van Gogh:» Como cualquier otra persona, siento la necesidad de una familia, de amigos, de afecto y de encuentros amistosos. No estoy hecho de hierro ni de piedra, como una boca de riego o un poste de luz».