Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

«Filmas en blanco y negro, pones dos actores prietos y ya creen que están haciendo cine», este es uno de los diálogos que arroja uno de los personajes de Güeros haciendo claramente alusión al cine mexicano, al cine de «arte» mundial e incluso se mofa de ella misma, sin embargo la ganadora a Mejor Ópera Prima en el Festival de Cine de Berlín 2014 esta lejos de ser la típica película pretenciosa, se trata de echo de todo un milagro de nuestro cine, poco pretenciosa, divertida, ácida, crítica, realista y sobre todo reflexiva.

La historia escrita en conjunto entre el director Alonso Ruizpalacios y Gibrán Portela (guionista de La jaula de oro) esta ambientada hace ya 15 años, sin embargo pudo haber sido contextualizada en estos días y el resultado hubiera sido el mismo, ya que se trata de una historia totalmente atemporal, retratando la realidad en la que esta sumergida el país en los últimos años, no tanto a nivel político y económico, sino social, el reflejo de los personajes de Güeros es una radiografía casi perfecta del «mexicano» en todas sus facetas, exponiendo desde el típico joven «revolucionario» hasta el adolescente conformista que no le importa lo que pasa a su alrededor, pasando por la gente más «culta» (en la escena de la fiesta) hasta las de mayor ignorancia (la señora del hospital), todos ellos sirven para construir la feroz critica de Güeros y el juego de roles que actualmente acontece en nuestro país.

Otro punto a favor del guion de Güeros son sus irreverentes y divertidos diálogos que se desprenden con gran naturalidad y ayudan a fortalecer el contexto cotidiano de los personajes, que además sirven como analogías a las situaciones que se van desarrollando a través de la historia, así una línea que probablemente hubiera pasado sin pena ni gloria se convierte en un plus de otra secuencia, dándole un sentido más ocurrente y reflexivo.

La construcción de los personajes recuerda en cierto punto a lo echo en Y tu mamá también hace algunos años, si aquella trataba de adolescentes convirtiéndose en adultos, esta narra la odisea de un niño queriendo ser un adolescente, mientras por otro lado también contrapone al adolescente que no desea madurar ni crecer. La evolución de los personajes es tan natural que los cambios surgen sin que uno se de cuenta, en cierta forma es algo que también sucede con el propio filme, comienza como una simple historia de adolescentes; recordando mucho a Temporada de patos de Fernando Eimbcke, para madurar con sus propios personajes y convertirse en la metáfora de nuestros días, necesaria en estos tiempos de pseudo revolución.

Narrativa y visualmente Güeros recuerda mucho al cine francés de los 60s, más específicamente a la nouvelle vague, fusionando el guion con el montaje y a su vez este con la dirección, dándole un peso muy importante a la imagen. Aunque a simple vista parece un filme muy sencillo, la road movie mezcla diálogos hilarantes con frases de mayor reflexión, escenas de persecución usando un plano secuencia con momentos semi románticos utilizando el close up, crea tensión en un automóvil y utiliza una alberca para divertir y profundizar en el significado de «güeros», todo ello ayuda a la historia a desarrollarse con dinamismo y casi sin huecos narrativos durante el metraje.

Y Güeros narra todo esto tomando como pretexto la búsqueda de un ídolo caído, usando la pasión por la música con la que la mayoría de la gente siente empatía para crear un contexto situacional más familiar, así el director nos sumerge en su historia personal de los protagonistas para luego contarnos de forma casi subliminal algo más importante y que deja al espectador pensando cuando los créditos finales aparecen en pantalla.

Güeros es la ópera prima con mayor trascendencia e importancia dentro del cine mexicano desde que Amores perros irrumpiera en los cines a principios del siglo, esta vez toca el turno a Alonso Ruizpalacios que le da sabia nueva a un género que parecía ya reiterativo, el cine de denuncia ha vuelto a resurgir en el momento más idóneo exponiendo que la revolución primero comienza con cada uno.

6 COMENTARIOS

  1. En mi opinión son nimiedades, todos tenemos errores de dedo (de ortografía) y eso le da sabor!!!. no te pierdas del contexto, por pequeñísimos detalles. La seriedad de un trabajo se ve desde todos sus ángulos en el producto final.