Por: Erick Galvez Ayala

Con las benditas elecciones por celebrarse en el próximo mes se vienen (o ya están) los días donde encender el televisor o radio es un suplicio mayor que el normal. Los mensajes de cada partido nos buscan convencer de que tienen las mejores intención para con los ciudadanos, estupideces grabadas con deficiente calidad, tirando a la basura dinero de nuestros impuestos.

¿Que hacer con esta absurda publicidad?, ¿que hacer con nuestra política?, tenemos lo que merecemos por haber mantenido un sistema político basado en el hurto, enfocado en aprovecharse de los menos afortunados, subrayado por las mentiras dichas de forma elegante. El problema es ¿como lo cambiamos?, ¿hay capacidad dentro de nosotros para cambiar nuestra historia o estamos destinados a ser los mismos millonarios que pagan todo lo que se inventan los dirigentes?.

Un articulo salida recientemente en los Estados unido comenta que no solamente los desdichados estamos fastidiados del sistema, también esos empresarios omnipotentes empiezan a darse cuenta que la corrupción también les perjudica, aunque tienen beneficios al ser dueños del dinero, esa misma cualidad les hace que sean presas fáciles para que den mayor cash a diferentes partidos para mantener campañas. Irónicamente el problema no es que haya que poner de sus ingresos para tener preferencias, el conflicto es que ya es una cantidad exorbitante que es complicado seguir dando.

Esos partidos que siguen creyendo que sus spots convencen a las personas de que su propuesta es la mejor nos creen imbéciles, nos creen hormigas que solo tienen que trabajar, de otro modo nadie haría comerciales donde se hable bien de los 12 años del PAN en la silla presidencial, o donde se diga que por tener acceso a Internet el PRI es la mejor opción, todos ellos piensan que no vivimos la realidad, creen que dando migajas se olvidaran las décadas de miseria. Cada uno tomara su decisión sobre que conviene mas para su núcleo familiar o social, lo que no deberíamos olvidar es que el circo siempre fue el mismo, quizá cambien los payasos pero la historia nos dice que la carpa tiene dentro el mismo desenlace.

¿Por que cambiar las leyes cuando el verdadero problema es la voluntad política? Empresario Mexicano