Por Harry Cano

En esta quinta entrega Ethan Hunt (Tom Cruise) se encuentra en medio de un complot, con el riesgo de que desaparezca la FMI agencia para la que trabaja, Hunt se verá inmiscuido en una entramada de dificultades, desde sumergirse a una caja fuerte submarina hasta persecuciones de autos en Marruecos y un villano que parece indestructible.

Honestamente estamos ante una película divertida, con mucha acción y pequeños toques de humor y todo esto se lo debemos a la grandiosa dirección y al guion soberbio de Christopher McQuarrie (No por nada gano el Oscar al Mejor Guion en 1995 por “Los Sospechosos Comunes). McQuarrie viene a traer a la franquicia un gran acierto y es el entretenimiento puro, acción trepidante, elementos sofisticados, actores con gracia y atinos.

La película con un costo de 160 millones de dólares es épica y espectacular, ya que las secuencias fílmicas están más sustentadas en la acción real que en los efectos especiales. Es asombroso el saber que Tom Cruise no utiliza dobles en las secuencias que logran reflejar un alto peligro, una acción desbordante. La bella actriz Rebecca Ferguson es un gran descubrimiento.

La música, el sonido, el diseño de producción, todo está impecable. En conclusión una película que no es una obra maestra, pero que sin lugar a dudas los va entretener de principio a fin, que los mantendrá pegados en su asiento y que bien vale la pena pagar su boleto para subirse en esta montaña rusa de sensaciones que es “Misión Imposible: Nación Secreta”.