Por Harry Cano.

Como si se tratase de un director de cine principiante, con mucha humildad y sin pretensiones, así se hizo ver el legendario director de cine Arturo Ripstein en la gala inaugural del 11vo Festival de Cine de Monterrey al recibir el “Cabrito de Plata” por toda su carrera cinematográfica. Con una sala llena en el teatro de la Ciudad de Monterrey, la gala dio comienzo y para brindar un discurso inaugural y conducir el evento, los encargados fueron los actores Mario Zaragoza y su esposa Patricia Blanco.

Ripstein de 71 años y director de obras fílmicas mexicanas como: “El Castillo de la Pureza”, “Principio y Fin”, “Profundo Carmesí” y “El Imperio de la Fortuna”, cuenta con una carrera de 50 años en el medio cinematográfico, ha ganado múltiples premios como los “Arieles” (Máximo premio al Cine Mexicano), “Concha de Oro” del Festival de Cine de San Sebastián” y ahora se lleva a su casa el “Cabrito de Plata”.

El Director de Cine puso en primer lugar a su público y a sus amigos y menciono: “Me da mucho gusto que estén ustedes conmigo. Ustedes son los que hacen que los cineastas invisibles nos hagamos visibles cuando nos miran”, expreso emocionado ante un público presente que lo ovaciono.

“Es un gran gusto estar aquí. Agradezco mucho al festival, a sus organizadores, a su equipo lo generosos que han sido conmigo. Es para mí un orgullo…no es un orgullo, es un gusto que me den esta presea porque de alguna manera esto me confirma que mi carrera no ha pasado del todo desapercibida”, menciono.

Fueron solo un par de minutos los que hablo, y recordó a uno de sus grandes amigos, al actor Julián Pastor, que falleció este lunes. “Saliendo de aquí me voy a ir a tomar un trago, dos tragos, y ésos serán a la memoria de mi muy querido amigo Julián Pastor, quien murió anoche”. Comento el director, causando una fuerte ovación y aplausos.

Y así finalizo, diciendo que este “Cabrito de Plata” lo llevaba muy cercas de su corazón. “Una vez más: a todos ustedes muchísimas gracias y esto (el Cabrito de Plata) se acerca mucho a mi corazón”. Y de nuevo fue despedido con una ovación, de parte de todo su público y de fieles amigos que se encontraban en la sala, como la actriz Angélica Aragón.