Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

El género del terror ha sido muy maltratado en los últimos años, décadas incluso, donde las secuelas, remakes, películas de serie B se han encargado de desprestigiar un género que durante los comienzos del cine nos regalo grandes joyas cinematográficos. En Japón durante los 90s el J- Horror le dio un soplo de aire fresco, pero en lo que se refiere a la industria Hollywoodense solo ha habido pocos cineastas; a partir de la década de los 70s, que han aportado su granito de arena para darle nuevos giros al género del terror, uno incluso lo hizo dos veces, al que hoy homenajeamos en nuestra sección Cineastas.

Wes Craven fue un guionista y director que se especializo desde sus inicios en el horror, sobre todo en el sub género conocido como slasher, donde por lo general un asesino en serie provocaba las muertes de sus victimas de una forma violenta y brutal, llegando a lo que también es conocido como gore.

El director nacido en Cleveland tenía un talento nato no solo para asustar sino para crear una extraña comedia durante sus filmes, esto se puede apreciar en varias películas de su filmografía, incluso se daba tiempo para reírse de si mismo o de la propia audiencia. También es un director que le gustaba crear una relación entre lo real y lo no real en sus filmes, utilizando en este caso a veces mundos oníricos o películas dentro de la misma película, algo que su público siempre agradeció, ya que le restaba formalismo a sus historias y en cambio le deba un aire muy «cool» lo que lo situó entre los favoritos del género.

Es complicado crear personajes realmente memorables en la historia del cine, pero Craven creo dos que serán recordados a través de los años y que incluso ya al día de hoy forman parte de la cultura cinematográfica pese a quien le pese. Primero esta la principal pesadilla de todos los jóvenes durante la década de los 80s, un hombre deformado, con garras y un peculiar suerte rojo, por supuesto hablamos de Freddie Krueger. Luego esta el asesino en serie que era fan de las películas de terror y que además aterrorizaba primero a sus victimas a través de una llamada telefónica, el mítico Ghostface. Los sueños y las llamadas telefónicas se creaban como nuevos medios para asustar, algo que hasta en ese entonces casi nadie había intentado, por supuesto la imitación a través de los años no ha parado, pero nunca llegando a los mismos resultados.

No se trata de un erudito ni de un genio, pero Wes Craven hacia con mucha profesionalidad lo que le apasionaba y eso le brindo la oportunidad de conseguir millones de fans en todo el orbe, seguramente con los años el nombramiento de «director de culto» no se hará esperar, algo que realmente poco importa, ya que su legado y la influencia que ha tenido para el cine de terror a partir de los 80s es prácticamente un hecho.

«Una gran cantidad de vida se está ocupando de su maldición, que trata de las cartas que le dieron que no son tan agradables. ¿Le hacen en un monstruo, o se puede atenuar de alguna manera, o aceptarlo e ir en otra dirección?».- Wes Craven

3 películas para recomendar  

Pesadilla en la calle del infierno. Nace Freddie Krueger y con él una de las sagas de terror más populares de todos los tiempos, con interminables secuelas y remakes que nunca lograron ni por asomo competir con la original. Robert Englund daba vida uno de los personajes más importantes del género, durante esta época compitiendo claro con otros dos gigantes, Michael Myers y Jason.

Scream. Cuando parecía que el slasher no tenia nada nuevo que regalarnos, aparece en la década de los 90s Scream, una brillante sátira del género, ingeniosa en sus diálogos y que se burlaba de todo un sub género que pedía a gritos sangre nueva, y está se los dio, incluso literalmente hablando. Ya tan solo el opening con una aterradora Drew Barrymore es digno de recordarse.

Scream 2. Continua la saga, las situaciones y las frases siguen siendo igual de brillantes; gracias mucho se debe al guion de Kevin Williamson, mientras que esta vez el blanco de la sátira son las secuelas, y vaya si en este género hay de donde criticar en este sector, incluso esta propia continuación que se mofa de los errores de las segundas partes para luego competerlos ella misma, de forma intencional, eso si.