Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

«Había una vez un joven príncipe cuyo padre, el rey de Oriente, lo envía a Egipto para encontrar una perla. Pero cuando llega, el pueblo le sirve una taza. Al beberla, se olvida de que era el hijo de un rey, se olvida de la perla y cae en un profundo sueño.»

The Knight of Cups es filme con muchas ideas sobre la vida, la muerte, el amor, el sexo, el auto descubrimiento, la identidad, por supuesto todo visto desde un punto de vista existencialista malickiano con algunos toques de oscuridad, pero para nada los que prometía un trailer que vendía un Malick reinventado y diferente, en este caso sigue siendo el mismo estilo y tono poético de siempre con la voz en off marca de la casa que te expone los pensamientos del protagonista y que te invita por momentos a reflexionar.

Parece justo acordarse de Shame mientras uno veo el último filme de Malick, los personaje de Fassbender y Bale contienen una personalidad similar en el modo en el que afrontan su vida y se desarrollan con su entorno, sin embargo el punto de vista con el que narra el también director de Tree of life es totalmente distinto al de McQueen, aquí no existe la crudeza en el relato y no se opta por ser desgarrador, aquí se busca tener una perspectiva más existencialista y compleja, y digo busca porque Malick solo lo consigue por momentos, hay demasiadas irregularidades durante el metraje, personajes nulos, sobran muchas escenas que se sienten sueltas, por el contrario falta mayor profundización en algunas historias, demasiado desperdiciado el personaje de Cate Blanchett y el de Freida Pinto (ya no digo el de Antonio Banderas que se pasea un par de segundos por ahi), tan solo el de Natalie Portman logra por tener un desarrollo trascendente y ella desprende mucha naturalidad para interpretarlo.

Me gusta lo que quiere contar Malick, incluso por momentos como lo cuenta pero creo que termina estampándose ante su propia inteligencia, hay tanto que decir en la mente pero no termina por convencerme al momento de expresarlo, lo hizo en Tree of life pero no lo hizo ni por asomo en To the wonder, mientras que en The Knight of cups solo lo hace a ratos, concretamente la primera media hora y cuando esta Portman en pantalla, en el resto lo he sentido un relato algo vació, no terminan por complementarse las imágenes con los diálogos, por si solas las primeras dicen bastante (algunas, no todas) pero la voz en off no termina el trabajo, demasiado Malick para mi gusto, y más si no esta trabajando a su máximo nivel.

De la fotografía ya da risa hablar, Lubezki es un genio y lo vuelve a demostrar, punto.

The Knight of cups es un cúmulo de ideas a las que le ha faltado mayor eficacia en su traspaso a la gran pantalla, una película a medio gas de la que se pudo haber sacado mucho mayor jugo, tiene momentos de gran cine puntuales pero no se termina por conseguir un producto realmente grande.