image

Por: Daniel Hernández García.

Camine por Bellas Artes en busca de tranquilidad pero multitudes de personas me ofrecieron su basura a cambio de la mía, hace años que tránsito por el centro y hasta hace poco me parecía fantástico, hoy veo a vagabundos paseando con su mona, basura en coladeras, mierdas en las jardineras, condones usados arrastrándose por el paso de cebra, idiotas quitándote tu tiempo para que dones a una causa noble pero lo cierto es que no hay diferencia porque en este momento hay niños muriendo de hambre aquí o en cualquier parte del mundo y la caridad sigue su curso. La esfera sigue dando vueltas y todos estamos ansiosos de sacarnos el premio mayor; yo no jugaba lotería hasta hace poco y estuve recontento al sacar un mísero reintegró y volví a entrar en el juego hasta ayer que me valió madres el resultado. Sigo asistiendo a las mismas cantinas y he agregado algunas otras para emborracharme con siempre lo he hecho como un ritual sagrado o una ceremonia budista. He tocado una y otra vez la puerta de la compañía pero ahora nadie quiere hablar conmigo ya se cansaron de mis poemas. Y es porque ahora tengo un buen trabajo que me regala problemas que me absorben. Sólo quería un poco de tranquilidad pero jamas hubo tanto caos como hoy.
Camine por el centro y nada había cambiado, yo fui quien cambio. Me doy asco.

Desde hoy mi querido centro nos deterioramos al mismo ritmo.