Por Harry Cano

 

Corre el año de 1977, en Inglaterra, una familia de clase media, que vive en la calle “Green Street” de Enfield empezara a experimentar una clase de acosos por medio de un ente. Janet una niña de 11 años (La excelente joven actriz Madison Wolfe) se verá sumergida en un infierno, junto con su familia, por lo que necesitaran ayuda de los ya conocidos investigadores, Ed y Lorraine Warren.

Desde su debut con su película “Stygian” (no fue muy sonada y tuvo poca distribución), seguido de “Saw: Juego Macabro” y las dos entregas de “El Conjuro”, Wan ha demostrado estilo y elementos propios: Entes, mundos paralelos paranormales, atmosferas oscuras, diseños que navegan entre colores ocres y grisáceos, la familia y la perdida de la inocencia. Todo esto, ha llevado a Wan, a ser proclamado uno de los representantes del mejor horror contemporáneo que se hace actualmente en el cine.

En esta entrega Wan vuelve a brindar una catedra de lo que mejor sabe hacer: Manipular. Su virtuosismo a la hora de mover la cámara, la tensión, las ilusiones ópticas de terror, son su mezcla perfecta para mover del asiento al espectador, que espera estupefacto cualquier sonido de susto.

Todo el elenco de la película está muy bien planteado en sus papeles, pero destacaría a dos, a Vera Farminga como Lorraine Warren y como lo mencione al principio, Madison Wolfe como la niña Janet, personajes bien delineados, con ejemplares actos dramáticos que están al servicio de una historia bien orquestada. La fotografía de Don Burgess es esplendida, otorgando matices oscuros que se prestan con afinidad a la atmosfera lúgubre que se está contemplando. El vestuario, el maquillaje y el diseño de producción son honestamente excelentes, simple y sencillamente van correctamente emparentados a la película, sin salirse nunca de contexto.

Lo único que si se ve reflejado en la película es su extendida duración, Wan se toma su tiempo para explicar la trama y la extiende, esto se denota más al final y puede ser un poco cansado para el espectador.

En fin…. “El Conjuro 2” es una buena película, entretenida, con algunos sustos para aquellos espectadores que los buscan, pero para los cinéfilos de corazón, resultara maravillosa, por sus detalles cinematográficos. No cabe duda que James Wan es un director con un estilo propio, muchos lo consideran el nuevo “maestro del terror”, pero él quiere ser considerado un “maestro del cine”, ¿Pasara?, Solo el tiempo lo dirá.