Por: Daniel Hernández García
Ave de rapiña
deslízate suavemente en mi tacto,
acaricia el terciopelo
con tus alas.
Canta un nido en mis pasos,
vuela gallardamente
ahí donde vencen los dragones,
¡Enciende tus alas!
Incita a las voces
a ser eco de tu canto.
En tiempo de silencio
cantemos juntos.
Tus alas son estandarte
nuestras penas impulso,
que tus plumas nos guíen
y nuestras plumas lo narren.
Ave de rapiña
¡Enciende nuevamente el fuego!