Por: Erick Gálvez Ayala

 

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Los sábados es un día ideal para ir a un concierto, no hay que despertarse al otro día temprano y generalmente no hay tanto trafico en esta tortuosa ciudad. Es el primer día de Octubre, hay eventos diversos en la CDMX, futbol, concierto gratuito de Roger Waters y alguna que otra manifestación para no perder la costumbre, nosotros nos dirigimos al Auditorio Nacional para ver a Enrique Bunbury en su tour MUTACIONES con dos horas y media de anticipación, no hay forma de llegar tarde a la cita.

Hemos llegado sin contratiempo, alguna bicicleta en plena avenida Monterrey sacando su mano como direccional para cambiarse de carril es lo mas atípico que sucede, vamos a ver souvernirs, generalmente con Bunbury hay variedad por sus diferentes etapas musicales, después de unos minutos de dar el recorrido nos decidimos a entrar, solo quedan treinta minutos para el inicio. La muchedumbre que rodea el coloso de reforma es tan mezclada como los discos del español, puedes ver niños, niñas, adolescentes, treintones, cuarentones y quizá hasta cincuentones que en su mayoría aun no quieren entrar al recinto por la simple razón de que adentro (absurdamente) no pueden beber nada. Ya estamos dentro, nos toco justo al lado del ingeniero de sonido, las pistas musicales al fondo suenan, la charla se dirige desde un bebe de algunos meses que no se ve muy emocionado por el show hasta como el ingeniero del staff es tan pequeño que sus pies no alcanzan el suelo cuando se sube al banco para mover la consola.

Son las 20:11 hrs. se apagan las luces, suena la canción LAWRENCE DE ARABIA como intro para poco a poco sumarse la banda actual de Enrique LOS SANTOS INOCENTES, una vez todos en sus puestos suena una versión mas bien detenida de «IBERIA SUMERGIDA», muchos gritos aunque poca gente alrededor se escucha que la cante, «este es mi sitio….» canta BUNBURY con toda la autoridad que dan treinta años en las carreteras tocando en todo tipo de lugares. Le siguen en el set «EL CLUB DE LOS IMPOSIBLES», «DOS CLAVOS A MIS ALAS», «PORQUE LAS COSAS CAMBIAN» esta ultima retrata perfectamente el camino del héroe que se volvió un hijo del pueblo. Para estos momentos la gente ahora si parece seguir el ritmo de la canciones, viene «EL CAMINO DEL EXCESO» y «AVALANCHA» que son coreadas por los mas maduros de la noche. Muchas gritos de «Enrique, Enrique…» agradecimientos del músico para continuar con un bloque ovacionado por la multitud,  «QUE TENGAS SUERTECITA», «ALICIA», «EL EXTRANJERO», «DESMEJORADO», «INFINITO» recuerdan la versatilidad del aragonés. El rock se hace presente con «EL HOMBRE DELGADO QUE NO FLAQUEARA JAMAS», «DESPIERTA» y «MAR ADENTRO», a estas alturas toda la gente esta entregada hasta los mas serios han perdido el estilo, el viaje de este concierto va por buen camino, para cerrar el primer tiempo llega «MALDITO DUENDE» donde recuerda aquellas épocas donde se aventaba al publico, de hecho baja con la gente de las primeras filas para cantar entre ellos el famoso «Amanece tan pronto…» y todos los que no cantan al principio se desbordan con «LADY BLUE», aquí es la primera despedida, todos sabemos que será de unos cuantos minutos.

Muchos comentarios de que temas faltan, lógicamente faltaran muchos, no se puede en dos horas y minutos recorrer con facilidad quince discos aunque solo falta ese pasaje memorable de EL TIEMPO DE LAS CEREZAS grabado con el asturiano NACHO VEGAS, único álbum del que no toco nada en la noche. El regreso se da con un cambio en el vestuario del chaleco negro a una camisa roja con sombrero incluido, antes de continuar vuelve a dar las gracias por tanto entusiasmo, tanto afecto, suenan los acordes de «MAS ALTO QUE NOSOTROS SOLO EL CIELO», todos mueven sus pies de un lado a otro con «SI», una de las mas coreadas por los seguidores. BUNBURY dirige la atención a los fanáticos del primer y segundo piso, la gente contesta prendiendo sus teléfonos para iluminar y dar paso a «LA CHISPA ADEUCADA» quizá el tema de mayor reconocimiento en toda su carrera. La segunda despedida ha llegado, solo falta un encore mas.

Dos minutos han pasado de que se despidió y ha regresado para pedir a la gente que espere unos minutos mas, el final se acerca con «ODIAME» aquel tema incluido en el tributo al repertorio Latinoamericano que hizo en LICENCIADO CANTINAS, muchos aplausos como respuesta, el tono al fondo del teclado suena en «DE TODO EL MUNDO», un coro que narra lo que es BUNBURY, un vagabundo siempre de paso, de aquí y de allá y de todo el mundo.  Han pasado un poco mas de dos horas de show y llega la verdadera despedida con «Y AL FINAL» aquel vals con el que las parejas se demuestran cariño.

El final nos alcanzó, el recorrido musical de un tipo que ha sufrido diversas metamorfosis pero que en esencia siempre ha sido el mismo inquieto que vive para la música nos llevó en un vuelo placentero, hubo canciones para todos, recuerdos y actualidades, todo salió como se esperaba. Estuvimos frente a un rockstar verdadero que no tiene nada que demostrar, pero seguramente volverá a sorprender con sus próximos discos.

«Aun nos quedan cosas por hacer, si no das un paso, te estancas» Avalancha,