Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

El director noruego Morten Tyldum responsable de The imitation game regresa con su proyecto más ambicioso, una odisea de ciencia ficción con un argumento que combina existencialismo con supervivencia y que contiene elementos románticos así como del cine de aventuras. El resultado no podría resultar más descompensado.

El punto de partida de Pasajeros resulta altamente atractivo pero desde los primeros minutos se nota que la intención del director es crear entretenimiento en lugar de ser más ambicioso, ya que aunque el personaje principal tenga una gran carga psicológica y emocional ante la situación que se le presenta, siempre existe una compensación que elimina cualquier elemento dramático, generalmente un gag cómico.

Conforme más avanza la trama en Pasajeros más uno piensa que el camino que se ha escogido no es que sea el incorrecto, pero si el más fácil y seguro, había una infinidad de posibilidades en la trama, elementos que en los que se pudieron profundizar más y solo se tocan muy levemente, sobre todo cuando los personajes se enfrentan ante su desesperanzador contexto. De la tragedia se pasa al romance para terminar en cine de acción palomitero, evasivo pero muy entretenido y eficaz también.

Visualmente el filme está muy bien dotado, el 3D resulta perfecto para meternos de lleno dentro del crucero espacial pero también para exhibirnos en algunos planos dentro de la oscuridad del universo. Por su parte Pratt y Lawrence resultan una pareja muy atractiva y poseen muy buena química en pantalla, hacen que a uno se le olvide los diálogos melosos que salen de la boca de sus personajes.

Pasajeros es un claro ejemplo del puedo pero no quiero, una película que se va por el camino del cine de evasión cuando la posibilidad del argumento era muy grande. Tyldum pierde una oportunidad de oro, aunque repito, como entretenimiento es sumamente eficaz.