Por: José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

Ante la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos llega Moonlight de Barry Jenkins, una película de minorías, con un mensaje conciso que promulga el respeto y la diversidad, un filme que tras el escándalo del famoso Oscar so White le puede devolver el reconocimiento a la comunidad negra en Hollywood, debe de ser una de estas dos situaciones por las que este teniendo tan buena recepción en crítica y público, que fuera otro el motivo me sorprendería.

Se nota mucho corazón por parte de Barry Jenkins en esta película que relata el crecimiento de Chiron, un niño afroamericano durante varios años, una especie de Boyhood aunque también con más tintes hacia Ciudad de Dios por el asunto de las drogas así como por el despertar sexual.

Sin duda la fuerza de Moonlight recae en su guion, muy bien construido a partir de tres episodios que relatan la infancia, adolescencia y vida adulta del protagonista, con personajes multidimensionales que van evolucionando de forma real y natural así como unos diálogos excelentes. A pesar de ellos le falta fuerza durante muchos tramos, en cada capítulo hay un momento climax pero también hay muchas secuencias que se quedan cortas y en el olvido, existen algunas transiciones de una escena a otra que no terminan por funcionar mientras que el uso de la música es demasiado efectista.

El personaje de Mahershala Ali tiene el momento más importante del filme en cuanto a su discurso, sin embargo no creo que haga algo fuera de lo común como para merecer tanto premio que le está cayendo este año, mucho mejor parada queda Naomie Harris en un papel más antipático pero que interpreta notablemente. Por su parte el trio de actores que hacen del protagonista se complementan perfectamente en cada una de las etapas para construir un personaje tan real como entrañable.

Definitivamente no he logrado encontrar la grandeza en Moonlight pero si un respeto hacia su discurso tan oportuno, aun así no creo que sea una película que se vaya a quedar en el recuerdo por demasiado tiempo, de estos melodramas los hay mejores.