Por José Luis Ayala Ramírez

Con Clint Eastwood no puedo ser objetivo al cien por ciento. El primer acercamiento de verdadero amor hacia el cine fue viendo una película de este señor, durante varios años era mi director favorito del orbe, sus películas me llegan, me emocionan y no puedo dejar de pensar en ellas con el pasar de los días. Finalmente y con toda justicia le hago un homenaje en nuestra sección Cineastas.

Como todos sabemos Eastwood comenzó su carrera como actor en películas de acción y western, de echo su formación como realizador se lo debe a sus directores fetiche de esta época, sobre todo de Don Siegel y Sergio Leone, del primero coge los elementos narrativos clásicos del cine americano mientras que del segundo captaría su capacidad escénica, como contar toda una historia con un sólo plano, con una toma.

Sin embargo el verdadero don de este cineasta viene en su habilidad para crear una emoción, un sentimiento, si el cine es un arte es porque expresa emociones, y él sabe cómo proyectarlas en pantalla de la forma más sencilla, con una sóla imagen, con una mirada, incluso con un par de notas de su banda sonora, del que por cierto también es el compositor de varias partituras de sus películas.

Eastwood no es un director que sólo adquiere las herramientas clásicas del cine, es de verdad un director de cine clásico en la era moderna, su narrativa, su puesta en escena, todo recuerda a los filmes tradicionales de gente como John Ford o Howard Hawks, donde se hacía fácil lo complejo, en el cine de Eastwood todo parece demasiado sencillo, demasiado natural.

La carrera de Eastwood como director se viene contando desde los años 70s hasta el día de hoy donde todavía se mantiene activo a sus 86 años, una verdadera proeza para un señor que vive, respira y enseña cine, cuando le toque retirarse se le extrañara pues ya no hay directores como él, de la vieja escuela.

“El cine olvida el tiempo y atraviesa las fronteras”.- Clint Eastwood

3 películas para recomendar

  • Unforgiven. Cuando el género western estaba muerto, acabado, vino Eastwood a revivirlo con este filme crepuscular, considerado hoy en día el mejor western de los últimos 50 años, ya sea por su retrato del antihéroe, por sus personajes multidimensionales, por su soberbia puesta en escena, por su tono cálido violento, todo es grande en él, no le sobra ni una coma.
  • Million dólar baby. Pocas veces se ha sacado tanto de tan poco, pues lo que a simple vista es sólo un filme de boxeo es en realidad una lección de vida, un regalo para los que quieren salir adelante,  una historia de amor entre un padre y una hija, un alegato al perdón, a la reconciliación, el resto lo hacen las extraordinarias interpretaciones de Swank y Freeman, pero es Eastwood quien hace un verdadero KO, dejando al espectador en el suelo.
  • Cartas desde Iwo Jima. El díptico sobre la batalla de Iwo Jima tiene en su versión japonesa de la guerra una obra anti bélica universal, donde los soldados son retratados como humanos, donde los buenos y los malos no existen, donde el honor y patriotismo se enfrentan al instinto de supervivencia, y todo rodado en japonés y con actores desconocidos. Una obra maestra del género bélico, la mejor del siglo XXI.

Twitter: @ayala1788