Por Erick Gálvez Ayala

 

Dicen que el silencio no hay porque romperlo si no hay algo verdaderamente importante que pronunciar. Santiago Auserón (Juan Perro) es un reflejo de que a veces la espera vale más la pena que la frecuencia. «El Viaje» es el octavo disco en estricto modo de este Zaragozano de nacimiento, un filósofo de vanguardia, músico por oficio que empezó hace más de 37 años con la madre de todas las bandas, Radio Futura.

Una guitarra con letras interesantes que relatan historias imperfectas, ritmos que viajan con acordes de blues, son cubano, rock and roll  y algunos otros géneros más son lo que describen en su totalidad este álbum. Rimas complejas que con seguridad hacen mover la cabeza como aquella persona que disfruta de un tema llevado por una melodía amable además de poco cotidiano. Es extraño escuchar a un amante de la música latina lejos de la instrumentación con percusiones, lejos de la mezcla de ritmos afroantillanos; ahí hay otra nota buena por este gran álbum que nos hace permanecer con la simple espera de otra copla verdaderamente narrada con calidad.

No podríamos decir que aquí hay un rockero bajando el volumen o conteniendo su fuerza, Juan Perro hace tiempo que empezó su camino para viajar por ritmos que dejarían las guitarras distorsionadas en el baúl del sótano. Sería mejor mencionar que estamos ante un gran artista, un pensador notable el cual lleva años aprendiendo insaciablemente del mundo, de la vida, de la cultura en general. Este no será un álbum que rompa éxito de ventas porque dista mucho de pertenecer a una comunidad mayoritaria, «El Viaje» está diseñado para personas que han recorrido algunos ayeres en los universos musicales, a los camaleones, a los amantes de la música del alma. Aunque no podríamos descartar alguna pieza como de menor calidad, las sobresalientes de este álbum son: «Los Inadaptados», «Canción sin estribillo», «Mr H y Lady G», «Luz de mis huesos», «La Nada» y «A morir amores».

Juan Perro es la imagen que Santiago Auserón ha decidido tener con su público musical, esa imagen de contador de historias de amores insensibles, de relatos desordenados, es uno de los grandes exponentes de música en nuestro idioma, un tipo que ha decidido vivir en el anonimato porque la obra es lo que perdura hasta la infinidad no una simple imagen efímera vista en cualquier lado.

 

«La música popular se quiere así misma» –  Juan Perro