Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter:  @ayala1788 

 

Adaptar Eso; la novela de Stephen King, no es tarea fácil, no sólo por la extensión del libro, sino por los múltiples conceptos e historias que extienden la historia hacia un nivel épico de terror, se hablaba mucho de que los guiones del primer responsable de la nueva versión; Cary Fukunaga, tenían mucho de esa complejidad y misticismo, quizá por eso al final los productores decidieron dejarlo de lado del proyecto para contratar a Andrés Muschietti, un director que podía darle al estudio lo que ellos requerían, una película de terror más convencional que rompiera la taquilla, en eso definitivamente no han fallado.

Eso posee muchos elementos visuales que hacen que pagar el boleto valga mucho la pena, en ese aspecto hay muy pocas películas de terror actuales que cuiden estos factores, lo cual es de agradecer, sobre todo una sofocante fotografía de Benjamin Wallfisch que complementa la terrorífica atmósfera que provoca el director argentino, pareciera que en cualquier momento pudiera venir en pantalla una avalancha de terror como las que suceden constantemente en el poblado de Derry, el nervio siempre se encuentra muy presente en la mayor parte del metraje.

La elección de Bill Skarsgard para interpretar al payaso Pennywise no pudo ser mejor, ya que afortunadamente el actor no intenta imitar lo que hizo Tim Curry en la década de los 90s, sino que le da al monstruo un nuevo perfil, más actual y más aterrador, pero al mismo tiempo se siente que esto ha sido desaprovechado, ya que en las secuencias donde Pennywise habla y se dedican a filmarlo sin tanto efectismo es cuando verdaderamente aterra, su voz, sus ojos, su sonrisa, Skarsgard en eso lo clava; sin embargo, la mayoría de sus apariciones no son de este tipo, sino en un plan de más susto barato, haciéndolo aparecer de repente de un momento a otro para llevar al espectador al sobresalto, efectivo sí, pero común y corriente a la vez, este tipo de terror es el que persiste en la película la mayor parte del tiempo lo cual da un cierto aire de decepción.

Mucho mejor ha sido el tratamiento de los niños protagonistas, retratando su madurez hacia la adolescencia con cierta profundidad mientras se desenvuelven en un contexto hostil lleno de violencia, sexualidad y muerte. Son exquisitos los pequeños detalles que se dejan ver en esta parte de la historia, como el abuso fomentado por Henry Bowers, la relación entre Beverly y su padre, la convivencia de ella con el resto del “Club de los Perdedores”, todo es muy sutil, adecuadamente contado, la mayoría implícito, lo cual habla bien de las habilidades narrativas de Muschietti.

Como guion la película deja muchos huecos e interrogantes que no termina por cerrar adecuadamente, seguramente (o al menos eso espero) los finiquitaran para la secuela, pero de momento se dejan muchas incógnitas acerca del misterio de Eso, los horrores de Derry y algunas subtramas descompensadas.

Eso es dentro del género de terror comercial una buena propuesta de entretenimiento que sabe sacar en las partes de “no horror” sus mejores momentos, aun así me he quedado con muchas ganas de saber lo que hubiera ocurrido con este proyecto si un director más autoral como Fukunaga hubiera estado al frente del proyecto, la versión de Muschietti no es mala, pero deja la sensación de que el corte final fue impuesto por la productora.