Por Erick Gálvez Ayala

La adaptación al paso del tiempo es una virtud, crecer, mejorar, explorar y lo más importante avanzar, es el reto que los hombres debemos de enfrentar. Vivir el aquí y ahora pareciese una frase trillada, un lugar de confort, pero para el extraordinario cantante nacido en Ellensburg, Washington Mark Lanegan, ha sido el camino a seguir, después de infinitas visitas a centros de desintoxicación, ingresos a la cárcel y algunos amigos caídos en el camino.

Mark Lanegan puede ser descrito como un intérprete con voz ceniza, de esos que parecen haber fumado todos los cigarrillos posibles, un cantante escabroso, un músico con raíces punk, relacionado con el fenómeno del grunge por sus orígenes en la capital de la unión americana y un amante del blues. Podemos decir que ha recorrido varios de estos estilos aunque no sólo eso, les ha dado un alma natural, cada una de sus obras tienen pinceladas de maestría en las letras, textos a veces complicados, otras veces imposibles relatados con furia sentimental. Si bien Lanegan tuvo en los Screaming Trees a su primera banda nunca tuvo una total afinidad por realizar canciones que tuvieran que ver con el grunge, su enfoque si bien era claro estaba en el rock y el blues, la capacidad de crear atmósferas oscuras desde sus primeros discos como solista lo llevaba más cercano hacia un sonido particular que no tenía solamente que ver con agitar la cabeza o bailar slam.

Su carrera solista comienza con The Winding Sheet, un trabajo cercano al blues que contiene temas que aún son mencionados como clásicos: “Ugly Sunday” y “Where Did You Sleep Last Night” de Leadbelly (que después daría a conocer a las masas Nirvana en su Unplugged), tuvo una nula respuesta masiva. Vendría uno de los consentidos (al menos de un servidor) uno de esos discos para escucharse de principio a fin, donde las letras comienzan a tornarse teóricas Whiskey For The Holy Ghost publicado en 1994, olvidado por la crítica, es una muestra del blues misterioso, órganos, violines y cenizas describen este álbum maravilloso que tiene en “Dead On You” su mejor canción. Scraps At Midnight es su tercer disco en solitario, otros diez temas que nos dejan con la sensación de que para Mark sabe erizar la piel con su garganta y unos cuantos acordes. Uno de los grandes hits es sin duda “Last One In The World” una pieza que relata la pérdida de un amigo, bien podría quedar para todos aquellos occisos del grunge.

I´ll Take Care Of You fue un homenaje a todos aquellos cantantes que admiraba, un viaje que comienza con “Carry Home” de Lee Pierce, hay canciones también de Tim Hardin o Buck Owens aquel cantante reconocido de country. Ya en 2001 se edita Field Songs, un puñado de canciones con buenos versos, con letras tristes, melodías que si bien tienen su estilo empiezan a pintar otras sonoridades, “One Way Street”, “Fix”, “Pill Hill Serenade” y “Don´t Forget Me” son notables.

Para el 2004 el regreso de Lanegan se confirma con “Bubblegum”, aunque el nombre del disco es firmado por Mark Lanegan Band, el mayor éxito comercial, aquí hay tantas colaboraciones como buenos temas, Greg Dulli, Duff Mckagan, Pj Harvey, Josh Homme, entre los más destacados. Es difícil mencionar cuales son las mejores canciones del disco, tal vez las más señaladas son: “Methanphetamine Blues”, “One Hundred Days”, “Strange Religion” y “Like Little Willie Jhon”. A la par estaba haciendo canciones con Queens Of The Stone Age, salió de gira con ellos para después juntarse a la cantante escocesa Isobel Campbell (ex Belle And Sebastian) con quien grabo tres discos memorables, los contrastes en voces así como en personalidades le dieron un poder extra al duo. Ballad Of The Broken Seas, Sunday At Devil Dirt y Hawk fueron la trilogía de Campbell/Lanegan. Los resultados son grandes obras de folk con música tradicional americana, arreglos de cuerdas, viajes francamente memorables, cada uno merece ser escuchado con una copa de vino para disfrutar de la bella y la bestia.

Así pues llego 2014, con el regresó Mark Lanegan Band para hacer Blues Funeral, trabajo que fue nombrado como de los mejores del año. Claro que el estilo vocal se mantenía mejor cada vez; sin embargo, los sintetizadores, guitarras solidas junto a las cajas de ritmo, además de una propuesta contemporánea le hizo revivir de nueva cuenta a pesar de los años que había dejado de grabar en solitario. Sin duda los temas más logrados del disco son: “Gray Goes Black”, “Riot In Mi House” y “Ode To Sad Disco”.

Lanegan ha seguido editando discos maravillosos como: Imitations, Phantom Radio y Gargoyle. También ha grabado con Greg Dulli con Duke Garwood, es un talento que colabora con diversos músicos, ha comentado que tal vez sólo le falte hacer con Neil Young, representa la oscuridad que deviene en luz, lo salvaje a la vez de lo frágil, el blues y el folk, es un verso flotando en los senderos de la música, pasara a la historia por su serenidad, su modo de tomar el micrófono, su fuerte presencia, será un ser que nació hombre, se hizo bestia para después mutar las veces que quiso.

“No estoy seguro de dónde vienen las canciones, supongo que parten de algo real o de un recuerdo y luego van a donde quieren ir” – Mark Lanegan