Por Daniel Hernández García.

 

Desde mayo de 2012 más de 7,000 personas de 116 ciudades norteamericanas han sido arrestadas mientras realizaban actos relacionados con el movimiento “Occupy”. Cuando este pasó a ser un movimiento nacional la cobertura tuvo un incremento admitiendo que millones de norteamericanos están en la pobreza mientras el mercado libre aumenta su miseria ofreciéndoles productos financieros que le estrujan con más fuerza que nadie “el truco -escribe Bárbara Ehrenreich- consiste en robarles de forma sistemática e impersonal de modo que es casi imposible de rastrear a los perpetradores”.

Un ejemplo muy claro es el artículo del New York Times publicado a principio del 2012 en primera plana, una noticia acerca de una pareja de ancianos de Dixfield, Maine, que se había retrasado en el pago de la factura de la calefacción. Cuando, en lo más crudo del invierno, su deuda alcanzó unos setecientos dólares, la compañía de suministro de gasoil amenazó con cortarles el suministro aun sabiendo que al hacerlo podía matar literalmente a dos personas. El representante de la compañía dijo <<estar angustiado por esa decisión>> y cuando colgó el teléfono tras hablar con el matrimonio se preguntó << ¿encontrarán congeladas a esas personas?>>, pero les dejo sin gasoil de todas formas.

“Occupy” ha generado acciones no violentas progresivamente creativas, entre ellas perturbar las subastas organizadas por bancos y en las cuales las casas robadas a la gente están siendo vendidas al mejor postor; actos que no sólo ponen en evidencia la pobreza del sistema del mercado libre, sino que ofrecen una valiosa solidaridad a aquellos a quienes el sistema roba y atropella.

En Ocupar Wall Street de  Noam Chomsky se recaba el discurso en memoria de Howard Zinn del 22 de octubre del 2011, en Ocupar Boston, un discurso dividido en ocho partes, dejando en claro que la concentración de riqueza provoca concentración de poder político y la concentración de poder político da paso a una legislación que incrementa y acelera el ciclo hacia la miseria. Invita a los ciudadanos a ser partícipes del cambio, y no actuar con papeles políticos, sino como personas, llamar la atención del poder sobre su situación y sublevarse de ser necesario.

Habla sobre los defectos del sistema electoral, haciendo hincapié en que el dinero debe ser expulsado de la política para dar oportunidad al cambio y solución concreta al problema social norteamericano.

El aspecto más emocionante de los movimientos como Ocupar Wall Street es la construcción de los vínculos que están teniendo lugar por todas partes. Si pueden ser mantenidos y ampliados, Occupy podría dar paso a esfuerzos dedicados a establecer una sociedad más humana”.

Noam Chomsky nos deja claro que los grandes movimientos y los grandes cambios  vienen de las incontables pequeñas acciones de gente desconocida, y de no esperar a que un político nos prometa un cambio como lo dijo la poetisa negra feminista June JordanNosotros somos aquellos a quienes estamos esperando”.

Tener esperanza en los malos tiempos no es tontamente romántico. Se basa en el hecho de que la historia humana es una historia no sólo de crueldad, sino también de compasión, sacrificio, coraje y bondad.

Lo que elegimos destacar en esa compleja historia determinará nuestras vidas. Si sólo vemos lo peor, eso destruye nuestra capacidad de hacer algo. Si recordamos aquellas ocasiones y lugares –y hay tantos- en los que la gente se comportó magníficamente, eso nos da energías para actuar, y al menos la posibilidad de lanzar esta especie de trompo que es el mundo en una dirección diferente.

Y si actuamos, por pequeño que sea el acto, no debemos esperar un gran futuro utópico. El futuro es una infinita sucesión de presentes, y vivir ahora como creemos que deberían vivir los seres humanos, desafiando todo lo que está mal en nuestro entorno es en sí mismo una maravillosa victoria”.

Howard Zinn