Por Víctor Daniel López < VDL >

 

Leonora Carrington, quien fue considerada como la última pintora surrealista, dejó un gran legado antes de morir hace unos años, en 2011. Pinturas llenas de magia, mundos de color y seres fantásticos cobran vida a partir de sus sueños y sentimientos, pero no sólo fue en la pintura que destacó, sino también en otras ramas como la escultura y la literatura. Dentro de esta última, encontrándose obras como “La casa del miedo”, “La puerta de piedra”, “Leche del sueño”, “Conejos blancos” o el que hace honor a esta reseña: “La trompetilla acústica”, publicada recientemente por Fondo de Cultura Económica en una edición especial que conmemora el centenario del nacimiento de la artista en 2017.

En este libro, Leonora nos muestra una historia absurda y cómica, en la que se narra la vida de una señora de noventa y dos años a quien acaban sus hijos de mandar al asilo, aunque no un asilo cualquiera, sino uno que para acceder ahí, hay que estar dispuestos a tener la imaginación abierta al máximo, al asecho de que cualquier cosa puede ocurrir. La protagonista, Marion, recibe también un obsequio mágico: una trompetilla acústica, capaz de escuchar toda conversación que desee a través de las paredes. Junto con ella, en su nueva residencia, es que Marion se ve inmersa en extraordinarios mundos y diferentes situaciones que la hacen analizar sobre su vida y la vida en general. Magia, locura, suspenso, soledad, secretos ocultos (como todos los tenemos en este mundo), y hasta un asesinato, son lo que hacen de este relato una historia capaz de hacernos entender que hay infinidad de grandes cosas más allá de los límites. Además, Carrington promete un final seductor y fascinante.

En esta edición, el lector podrá deleitarse visualmente con láminas incluidas de pinturas de la inglesa con nacionalización mexicana, que ayudarán a la mente a crear los colores y formas que las líneas nos plasman para así poder entender el universo místico y surrealista en el que todo y nada es posible. Las obras resultan ser “La casa de enfrente”, “Crookhey Hall”, “La hora del Ángelus”, “Darvault”, “La giganta”, “AB EO QUOD”, “La noche del día 8” y “Flor de Kron”. Con esto, el viaje artístico resulta una danza entre laberintos, brujas, seres fantásticos, aves, gatos y sombras, todos tratando de comunicar algo: algún secreto o recuerdo, quizás un deseo, o simplemente un pensamiento o sentimiento.

Al leer “La trompetilla acústica”, pareciera que uno se adentra a uno de los cuadros de Leonora Carrington para descubrir el trasfondo de la magia de sus pinturas. Uno logra comprender mejor su mundo, su estilo, sus personajes y el discurso que pretendió dar con todo ello. En este libro, el lector puede sentir y hasta conversar con los protagonistas de muchas de sus obras artísticas, hasta entender que detrás de ese estilo llamado surrealismo, habitan criaturas casi mitológicas que no son más que las propias emociones y sentimientos del ser humano, disfrazados y portando máscaras para que no se les reconozca… para que, de algún modo, cuando no se quiere tocar la verdad, se les crea irreales.

Y ahora, hablando de Leonora Carrington, a finales del mes de abril se estará presentando la exposición “Leonora Carrington, cuentos mágicos”, en el Museo de Arte Moderno de Chapultepec (en colaboración con el Museo de Bellas Artes), con una colección de más de 200 obras, algunas inéditas (entre pinturas, libros, tapetes y objetos personales), procedentes de México, Europa y Estados Unidos. Una oportunidad más para festejar este centenario y rendirle homenaje a una gran mujer que supo transformar el arte a través del pensamiento mágico.