Por Erick Gálvez Ayala

Siendo las 23 horas del día 4 de Julio del 2018 podemos decir oficialmente que tenemos un nuevo presidente en México, el favorito en las encuestas esta vez no se cayó en la recta final de las elecciones, Andrés Manuel López Obrador candidato del partido MORENA alcanzó su objetivo, el cual le tomo casi dos décadas (dieciocho años para ser exactos),  para ser el mandamás de nuestro país. Con una campaña basada en acabar con la corrupción, gobernar con el ejemplo, promover la amnistía así como pensar primero en los pobres, se posiciono con más del 50% de las votaciones a su favor, obtuvo la victoria en 31 de los 32 estados de toda la nación, en pocas palabras arrasó con la competencia. El miedo que años antes impidió que gobernara se escondió tras el sexenio más sangriento vivido, miles de personas salieron convencidas de que la opción más viable para mejorar nuestras falencias era darle su apoyo al tabasqueño, castigar el duopolio de toda la vida llevado por el PRI junto al PAN, un día histórico. Pero, ¿Por qué hay tanta esperanza en este personaje?, ¿Cómo convenció a la población que antes temblaba al hablar de él?, ¿Por qué esta vez no sirvieron los constantes ataques a su persona?, ¿Este es el verdadero cambio que esperábamos?, ¿Nos convertiremos en Venezuela o en Cuba?

¿Porque hay tanta esperanza en AMLO?

Primeramente porque se le considera un tipo ejemplar, un político que critica el sistema (siendo parte de él), un hombre con una reputación razonablemente limpia (no del todo), capaz de atraer multitudes, de sobreponerse a una elección dudosa como en 2006, un convencido de que hay que darle vuelta a un sistema caduco. Sus seguidores son tan fieles porque confían en él, un gran punto a su favor, no es fácil confiar en un político cualquiera, Andrés Manuel es un tipo que viene de provincia, de un estado apenas relevante en la historia de nuestro país, una historia de esas que nos agradan bastante. Tal vez lo más importante es que fue fiel a su convicción de querer llegar a la silla presidencial, tras fracasar en dos carreras anteriores siguió buscando lo que para muchos podría ser un hueso, eso sí, el más carnoso de todos.

¿Cómo convenció a la población que antes temblaba al hablar de él?

No lo hizo, los conservadores de siempre siguen pensando que es un peligro, estos mismos consideran más conveniente continuar con la alternancia entre los dos partidos históricamente más dañinos en nuestra sociedad. Quizá algunos castigaron a dichos partidos y por eso votaron por AMLO, sin embargo, esta gente se mantiene expectante del porvenir.

¿Por qué esta vez no sirvieron los constantes ataques a su persona?

Esta vez a pesar de todo lo que se podía cuestionar del candidato de MORENA, la cola de sus contrincantes era más larga, las mentiras de Anaya, el gobierno actual del que formó parte Meade,  además de personalidades nada cercanas a las que hoy en día espera la población le ayudaron a considerarle el menos peligroso. Es decir, el voto por descarte le favoreció.

¿Este es el verdadero cambio que esperábamos?

Es un paso para creer en la democracia (si es que de verdad existe), la alternancia te hace al menos medir las capacidades, saber si pueden gobernar, claro está que no solamente con esto podremos pensar en que lo que viene es bueno porque de entrada el cambiar no necesariamente es mejor. Un cambio se empieza por algo, este social y político comienza aquí, el recorrido deberá ser sustentado, pacifico, y al mismo tiempo revitalizante.

¿Nos convertiremos en Cuba o en Venezuela?

No al momento, pero además no necesariamente eso es malo, quizá la visión mundial que nos han inculcado es que ser parecidos a estos países seria lo peor que nos podría pasar como si hoy no estuviéramos lo suficientemente mal, como si tuviéramos puntos sociales que presumir, como si pudiéramos hablar de corrupción sin mordernos la lengua, como si no fuéramos un país en un 70% pobre.

Vendrán como siempre batallas eternas de los pro y/o los anti AMLO, esperemos recordar lo que nos han dañado los anteriores gobiernos como para medir el venidero, esperemos que el presunto presidente cumpla lo promedio en su campaña, esperemos que México salga adelante como siempre lo hemos hecho a pesar de los malos gobernantes, esperemos que la objetividad sea una cualidad que aprendamos con la llegada de este nuevo gobierno.

 

«Es mucho pueblo, pero tan poco gobierno» – Andrés Manuel López Obrador.