Víctor Daniel López  < VDL >

Aquí asaltan” es el nuevo libro de Sergio Zurita con el que nos muestra su lado más íntimo, secreto y pasional; un libro lleno de emociones, de ideas y recuerdos que han pasado por el autor alrededor de toda su vida, desde que era pequeño hasta ser el gran hombre que ahora es: locutor, actor, director, dramaturgo, escritor, así como amante de la música (en especial el rock) y del arte. Y sobra decir que dentro de cada uno de estos medios ha logrado una trayectoria llena de grandes logros y de mucho éxito: es locutor del programa Dispara Margot Dispara en MVS Radio, dirigió obras de teatro como “True West” de Sam Shepard, “¡Al Fuego!” de Lanford Wilson y “Lírica en escena” de Jaime López, así como también las mismas que él escribió: “No te preocupes, Ojos Azules”, “Los hermosos gitanos (No sea payaso, doctor)”, “Tiro de gracia” y “Antes de irme, el amor”; como actor ha participado en obras de Beth Henley, David Olguín, José Joaquín Blanco, Jaime López, Martin McDonagh y Carmina Narro; también fue parte del elenco de la serie de televisión “El dandy”; en el ámbito literario ha sido colaborador de periódicos y revistas, como “El Economista”. Además de este libro reciente, ha publicado también “Pareja o matrimonio, decida usted” e “Irse o dejar ir, la pérdida amorosa”.

En esta ocasión, “Aquí asaltan”, bajo el sello Cal y Arena, se compone de cinco partes que recaban cuentos, poemas, artículos y escritos personales como sacados de un diario. Todo esto nos lleva a conocer más y mejor a Zurita. “La gente puede saber de manera muy efectiva quién soy yo leyendo este libro, podríamos decir que es una autobiografía contada en distintos géneros”, así es como define su obra el gran DJ Zury.

La primera parte de “Aquí asaltanreúne cuentos magníficos que cargan una tristeza y melancolía capaz de tocar nuestras fibras más sensibles, siendo así la soledad, el dolor y la nostalgia, los mismos protagonistas de las historias plasmadas. Se logra observar el triunfo o el fracaso de las relaciones, la importancia del conocerse uno mismo, las experiencias que van moldeando a las personas, y al final, una exquisita búsqueda de la perfección literaria aún no encontrada. Aunque pudiera parecer un poco autobiográfico, quedará a duda la resolución de esta posibilidad, pero total, la ficción nunca logra ser nada sin raíces que estén asentadas sobra la tierra fértil de la verdad, por lo que entonces, toda ficción se vuelve real, quizá para el autor, quizá no, quizá para otro, tú y yo, o tal vez mejor, sean historias pertenecientes a todos.

La segunda parte, “A las puertas de los ángeles caídos”, es una compilación de artículos que homenajean a los músicos más admirados por Zurita, pasando entre las páginas grandes íconos como Bob Dylan (su favorito de todos), el gran jefe de jefes (Bruce Springsteen), The Rolling Stones, David Bowie, Prince, Leonard Cohen, Santana y The Who. Cada capítulo es un deleite para todo aquel que sea fan del rock, de estas bandas y músicos. Con esto se comprueba que, si hay alguien con tal pasión que puede hacerla hervir al presenciar alguno de estos conciertos, conocer a sus artistas favoritos o estar simplemente cerca de ellos (que resulta casi como visitar La Meca para un musulmán)…  es Sergio Zurita. Y esa pasión, esa fiebre, esa fiesta, logra contagiarla el autor en sus escritos, hacerle poner la piel chinita y sentir lo que él llego a sentir en su peregrinación que ha venido haciendo desde hace muchos años junto con la música de Dylan, en los conciertos inolvidables de Springsteen, en la guitarra de Prince, en los recuerdos que le trae la música, las aventuras por las que pasó, en cada una de aquellas canciones que le hicieron sentir algo… más bien eso… que le hicieron sentir. Todos tenemos algo en la vida que nos ha salvado de los peores momentos; para él… fue la música.

Poemas obscenos (con tres interruptus)” es el delicado título con que viste a la tercera sección que hace honor al nombre, pues se compone de eso: de poemas obscenos escritos a las figuras sexuales que más bellas le representan, como Scarlett Johansson, Eva Mendes o Beyoncé. Aquí, Sergio Zurita, le escribe al sexo, a la “hueva”, al placer mismo del que cualquier ser humano tiene derecho a gozar, y de hecho, gozamos todos. La pena, el recato y la dulzura, aquí dejan por un momento de existir, saliendo así el lado más primitivo, pero también humano, de la persona.

Después viene “La dulce munición del blando sueño” en donde rinde admiración a grandes intelectos como lo fueron Shakespeare y José Joaquín Blanco. Alaba al teatro y trae de vuelta la belleza de Edie Sedgwick. Leemos también una pequeña obra teatral que escribió hace tiempo, en la que el resultado es una sátira llena de comedia sumergida en el drama cotidiano de los mexicanos, criticando a la sociedad, sus fiestas e hipocresía.

Por último, tenemos “Cuadros para una narración”, en donde conocemos, quizá, el lado más íntimo de Zurita, quien navega en una ligera barca sobre un mar lejano, llevándolo al pasado triste de su infancia, a los recuerdos amargos, pero también dulces: sus primeros amores, sus primeros dolores, la separación de su tierra y su madre, su vida en aquel pueblo que tanto odió, pero a la vez que tanto le dio, a su primera avalancha, sus amigos, los que perdió en el camino, la inocencia, los caminos que se le fueron abriendo, pero también los que se le cerraron sin avisar siquiera, los golpes que lo fueron forjando a ser el hombre que se percibe ahora fuerte a la vista, pero que al acercarse uno un poco, se muestra inocente, sabio, a veces frágil y con miedos, pero con un gran deseo de compartir sus experiencias y conocimientos, de dar, de abrir los brazos ante la vida para seguir sintiéndola y recibir todo de ella, sean golpes, besos, sean mujeres o sueños, sea lo que sea, pero que provenga de la vida… y si es música o teatro, mejor aún.

El título “Aquí asaltan” proviene de uno de los cuadros de esta última parte, relatando la vez que Zurita presenció un asalto a un teatro y que todo el staff y el elenco se mostró profesional para continuar la función y que el público no se percatara de ello. Así ha sido siempre Zurita con cada uno de sus muchos proyectos: fuerte, persistente, profesional. Siempre diciendo, en donde sea que se encuentre y como se encuentre, al teatro, a la música, al arte y la vidathe show must go on”.

 

1 COMENTARIO