Por Erick Gálvez Ayala

El silencio es uno de los acompañantes perfectos para escuchar a NICK CAVE con la legendaria banda The Bad Seeds, eso lo aprendí cuando escuche detenidamente  Murder Ballads, llegue a él después de pasar por otros tres discos del australiano: From Her to Eternity, The Good Son y Let Love In. Estaba convertido en un investigador de este intérprete porque su música era muy diferente a lo común, así pues descubrí esta genialidad, un paso notable en la carrera de este hombre.

MURDER BALLADS es oscuro, dramático, milimétricamente macabro,  narra historias turbias inspiradas en leyenda o noticias reales, todo bellamente acompañado por la banda más polifacética del mundo, THE BAD SEEDS. Empezando por el baterista Thomas Wydler quien sabe cómo ir acompañando la siniestralidad que domina el disco, también sobresale el piano del recién fallecido Conway Savage, las guitarras de Mick Harvey y Blixa Bargeid se comunican de manera casi psíquica. El inicio es con «Song Of Joy» las primeras líneas son: «Ten piedad de mi señor, déjame hablarte, no tengo donde quedarme y tengo los huesos fríos…»   una pieza llevada por el suspenso del buen Conway, el siguiente track es «Stagger Lee«, ritmo medio funk, medio blues, con distorsión de guitarras y un Cave disfrutando de la interpretación, un texto complicado de hilar de inmediato, pelea de dos personas las cuales acostumbran solucionar sus problemas de manera agresiva. «Henry Lee» es la tercer canción de esta delicia, se hace acompañar de PJ Harvey la cual aporta un gran sentimiento al ya de por si grandioso piano, uno de los momentos más gratos. «Lovely Creature» es más enigmática aun, el parafraseo de Nick se escucha distinto, casi delirando, y los coros más  las guitarras que aparecen de repente para perderse como llegaron.

«Where The Wild Roses Grow» es a dúo con Kylie Minogue, una combinación extraña, pero definitivamente sobresaliente, una letra bella «….Desde el primer día que la vi, supe que era ella, me miro a los ojos y sonrió…», de nuevo la batería apenas audible más los acompañamientos que suenan orquestales, iluminan una melodía redonda. El sexto tema es «The Curse Of Millhaven» guitarras country, violines en el fondo, acordeón con una sensación de fiesta caótica todo ejecutado por el próximo integrante de THE BAD SEEDS, Warren Ellis. «The Kindness Of Strangers» es la siguiente parada, a bajar el ritmo con un asesinato relatado con apenas un gramo de esperanza, para este momento la oscuridad ilumina cada parte del oyente «Crow Jane» es llevada instrumentalmente bien, aunque puede ser la menos valiosa dentro de esta caja de grandes canciones, «O’Malley’s Bar» es kilométrica, casi 15 minutos, y basa su historia en una matanza dentro de un bar, la ejecución de una bestia enferma de las que abundan en este mundo, una pieza de cualquier forma fantástica por la forma en que la banda demuestra su calidad. El final llega con «Death Is Not The End» es un cover al inspirador Bob Dylan, la participación de todos los invitados hacen que parezca una pieza cantada en alguna fiesta, se esboza una pequeña esperanza diciendo que la muerte no es el final, el álbum se ha terminado.

MURDER BALLADS no es el mejor disco de Cave, aunque si es un gran trabajo, es tan complejo que aun escuchándolo hoy se sigue descubriendo algo distinto, NICK CAVE es capaz de componer una canción, escribir una novela, hacer música para películas y mucho más… es un creador obsesionado, convencido de que las letras además de que floten en el aire pueden trabajarse con meticulosidad, un genio, aunque esa palabra cada vez tenga menos valor.

«La mayoría de las veces, los sentimientos sólo parecen estar en el camino. Son un lujo, un concepto burgués inactivo, los sentimientos están sobrevalorados».-  Nick Cave