Por Elbow Radourh

 

Ahora comienzo a echar de menos el tiempo, estoy poco anclado al pasado, para mí lo que viene debería de ser lo más importante, no sé si los recuerdos puedan vivir en un cuerpo deteriorado, aunque espero acumular nuevas experiencias que me alejen de tu recuerdo, quizá siempre quede un residuo de ti en cada ser.

Debí cuidarte cuando te tuve dentro de mí, cuando estuve conviviendo en años pasados de la vida, quise estrecharte lo más fuerte que pude sin éxito alguno, al menos los momentos en los que tu presencia viajo conmigo fui merecidamente afortunado además de mínimamente feliz. En esos ayeres las historias se podían imaginar con facilidad. Creer en todo me ayudaba a ocultarme de la nada, resolver no estaba en mi decisión, lo poco que contaban era una absoluta verdad.

Extraño poder ser un ente al que la sociedad le plantea muchas opciones positivas, extraño ser un soñador insensato, engañarme con los controles que algún supuesto ser supremo inventó. Recuerdo haber escuchado una sucesión de mentiras que no tuve otra opción que desecharte, los gritos subterráneos me impedían contener tu compañía, mantenerte cerca, rodearte impidiendo que te retiraras…

Estoy atado de pies y manos, no puedo regresar, las sonrisas sinceras están guardadas, pero no es el lugar, si tan sólo me quedara algún gramo de sinceridad, de ilusión, de esperanza, esa se enterró cuando te perdí, cuando fui transformado por una maquina sin alma, un destino cruel que sólo acaricia a los desalmados.

¡Que esplendida inocencia muestra un ser humano cuando no temen que le hagan daño!

Hanif Kureishi