Por José Luis Ayala Ramírez

@ayala1788 

 

Homenajear a las películas de Stan Lee parece una tarea mu y sencilla pues hay una infinidad de filmes basados en los personajes que él creo que han marcado huella en la cultura popular, desde la saga de los X Men hasta la rompe taquillas Avengers, sin embargo hay un filme que sobresale del resto y se consolida no sólo como el mejor de la maquinaria de Marvel, sino como una de las mejores películas del subgénero de superhéroes, el cual dicho sea de paso actualmente está muy saturado y estancado en fondo y forma, pero que con esta cinta tiene a uno de sus mejores representantes, nos referimos a Spiderman 2.

Tras el éxito que supuso Spiderman, no era tarea sencilla para Sam Raimi superar lo logrado en la primera parte aun contando prácticamente con el mismo crew, el mismo elenco y la excelente incorporación de Alfred Molina como el doctor Octopus, sin embargo la gran jugada de Raimi es que esta secuela no era una cinta de superhéroes común y corriente llena de acción y donde el protagonista fuera el simpático arácnido, sino que era la historia de un joven lleno de sueños, responsabilidades, dudas y conflictos internos, un verdadero dibujo de personaje sobre el paso de la adolescencia a convertirse en hombre, si la original ya había cimentado ese camino en Spiderman 2 se confirmaba a Peter Parker como el gran protagonista de la saga de Raimi, no Spidey, sino Peter, el joven que representa al hombre común y que es descrito por Tia May a la perfección, Me parece que hay un héroe en todos nosotros, nos da fuerza, nos hace nobles, nos mantiene honestos, y al final nos permite morir con orgullo, aunque a veces haya que ser firmes y renunciar a aquello que más queremos, hasta a nuestros sueños».

El tono de Spiderman 2 se identifica más con el de una tragicomedia adolescente con un protagonista tierno, pero inseguro el cual se mete en un sinfín de tropiezos comunes como llegar tarde a clases, atrasarse con la renta del alquiler o simplemente no encontrar estabilidad emocional debido a que se interpone siempre su doble vida bajo la identidad de Spidey lo que crea un complejo psicológico que le impide ser feliz, todo este conflicto emocional tiene su punto más importante cuando Mary Jane anuncia su casamiento lo que hace a Peter tomar la decisión de dejar su doble identidad. Esa solución aparentemente resuelve mucho de los conflictos del protagonista, pero es cuando la sombra de “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” se hace más presente que nunca para dejarnos ver lo siguiente, podemos intentar ocultar quienes somos, pero es imposible engañarnos a nosotros mismos y lo que nos importa, Peter podía dejar de usar la máscara, pero no importara lo que hiciera, él es Spiderman y debe aceptar su propia naturaleza. Todo está trabajo psicológico esta tan bien proyectado que es invisible al espectador, pero se trata de una excelente tesis de personalidad, conflictos internos y la exposición del ello, yo y superyó de las teorías freudianas.

El resto de Spiderman 2 encuentra un excelente balance en la narración de Raimi que brinda pequeñas dosis de todo, de romance, de comedia, de acción, de ese conflicto de personalidad, haciendo que esta cinta no pertenezca a un género en particular y a la vez fusiona lo mejor de cada uno para crear un producto diferente, divertido, trepidante, entretenido, pero sobre todo muy real, humano y personal, con pequeñas dosis de cine de autor que es prácticamente imposible ver en películas de este subgénero hoy en día, y algunos momentos que se han convertido ya en clásicos, citare tres de ellos que son tan diferentes como únicos, primero la escena del elevador con Spiderman quejándose del traje y la entrepierna, segundo la gran secuencia del metro  sin frenos que es detenido por el héroe, y tercero el hermoso final en el departamento con Peter y Mary Jane llegando por sorpresa pronunciando unas míticas palabras “¿No crees que es hora de que alguien te salve la vida?”.

Lamentablemente a partir de aquí Spiderman no ha logrado regresar con los mismos resultados en las adaptaciones cinematográficas, ni con la tercera parte de Raimi, ni con las dos protagonizadas por Andrew Garfield ni mucho menos con la comedia simplona que fue Spiderman Homecoming, afortunadamente siempre existirá Spiderman 2, el filme del que Stan Lee se pudo sentir muy orgulloso sobre uno de sus personajes consentidos, lo único malo es que su cameo en esta dura apenas unas centésimas de segundo, lo bueno es que lo hizo siendo un héroe salvando a una mujer en plena batalla.