Por José Luis Ayala Ramírez

@ayala1788 

 

Poco a poco Yorgos Lanthimos se ha ido haciendo un hueco dentro de los grandes realizadores europeos de la actualidad cinematográfica, lo que comenzó con esa joyita llamada “Dogtooth” se confirmó con extravagancias tales como “La Langosta” o “El sacrificio del ciervo sagrado”, ahora llega “La Favorita” siendo su proyecto más ambicioso a la fecha por el presupuesto y el elenco, pero siempre dejando la huella de lo que es su cine, una soberana pesadilla sobre la oscuridad que rodea al ser humano.

Por primera vez Lanthimos no ha escrito el guion de su obra el cual recayó en la dupla de Deborah Davis y Tony McNamara, pero aun así se siente la presencia del director por lo torcido de la trama y la tenebrosidad de los personajes pues mientras más avanzan los minutos se van volviendo más paranoicos, oscuros y psicóticos, y en todo caso todo el filme persigue estos elementos durante el metraje dando como resultado una oda trágica llena de crudeza, erotismo, salvajismo y locura total.

Como realizador Lanthimos consigue con “La Favoritasu filme más perfeccionado con encuadres y movimientos de cámara marca de la casa, manteniéndola lo suficientemente alejada de los personajes para que se sienta impersonal y por lo tanto más fría y deshumanizada, apoyada esta atmósfera en un excelente trabajo fotográfico de Robbie Ryan que recuerda mucho a “Barry Lyndon” por el uso de las velas en interiores dando mayor naturalidad a la ambientación, pero también hay ecos bergmanianos en la puesta en escena, el uso del color y su latente naturaleza nórdica me dio destellos de “Gritos y susurros”.

Mención aparte merece su trio de actrices las cuales están todas en estado de gracia. Emma Stone brinda la mejor interpretación de su carrera, mientras que Rachel Weisz es una diosa que cada vez que quiere se apodera de la pantalla. Y luego está Olivia Colman que es capaz de cambiar de un tono a otro en segundos y creerle con la pura mirada a esta tiránica mujer que representa.

La Favorita” no es quizá la mejor película de Lanthimos, pero si es la reiteración de su cine extravagante y enfermizo capaz de seducirnos con sus atemorizantes personajes, no importa la trama que tenga enfrente, el griego la retuerce mil veces para provocarnos.