Víctor Daniel López  < VDL >

Una de las mejores películas de terror que he visto en mucho tiempo. Pocas películas logran hacerme estremecer e incomodarme al filo del asiento. Aún menos, hay aquellas que me hacen tener pesadillas por la noche y asegurarme de ponerle cerrojos a las puertas, a ventanas, e incluso a mi mente para que nadie entre a ellas. La historia permaneció en mi cabeza por muchos días, dándole una y mil vueltas, queriendo entenderlo todo, agobiándome por la crueldad que el ser humano puede albergar, y más que tratarse de maleficios, brujerías, y cosas del demonio, lo que aterra de verdad en esta película es la capacidad de manipulación que puede llegar a ejercer un hombre sobre otro, hasta convertirlo en títere suyo, obra de su mente maquiavélica, destruir su libertad, su memoria y hasta su vida. Y esto puede llegar a sembrar aún más miedo, cuando se trata de toda una sociedad.

Suspiria” se presentó en el Festival de Venecia el año pasado, siendo una adaptación del clásico de culto de 1977, bajo la dirección de Dario Argento (“Alarido” [1977], “Infierno” [1980], “Insomnio” [2001]). Pero es ahora el gran Luca Guadagnino quien rehace, a su modo, esta obra oscura e inquietante, haciéndola exquisita y logrando una obra sumamente artesanal y digna de admirar dentro del séptimo arte. El año pasado nos iluminó con una bella historia de amor, “Call me by your name”, aclamada por la crítica y receptora de numerosos premios. Ahora, con “Suspiria”, explora el mundo lúgubre de las emociones más oscuras del hombre. Se adentra en otro género totalmente distinto, y con esto demuestra su talento excepcional como director, capaz de hacerte sentir tanto el amor dulce de un cálido verano, como también el terror psicológico elevado a su máxima potencia. ¿Cómo logra esto último en “Suspiria”? Con actuaciones geniales de todo el elenco, pero aún más estupendas, específicamente las de Dakota Johnson y Tilda Swinton, quienes hacen una mancuerna increíblemente perfecta. La banda sonora, que logra meterse hasta tus entrañas, estuvo a cargo de Thom Yorke, vocalista de Radiohead.  La fotografía, el diseño de arte y los elementos que forman parte de todo el rodaje, logran un estilo perfecto de los años setenta. La ausencia de colores primarios crea un ambiente oscuro y perverso que pareciera traspasar la pantalla con el objeto de hacerte sentir lo más nervioso posible. Las coreografías de danza contemporánea, inspiradas en el expresionismo alemán y a cargo de Damien Jalet, son de primera, refinadas y cargadas de gran lenguaje corporal, pero a la vez, resultando sumamente sobrecogedoras. La historia, por sí sola, te va envolviendo más y más, y deseas saber con ansias cómo va a desenlazarse todo. Las dos horas y media del filme están llenas de maldad, de erotismo, llenas de mensajes simbólicos que aluden a la historia de una Alemania con sus múltiples conflictos a través de sus épocas.

Lo más grande de “Suspiriaes precisamente la combinación que resulta de la belleza estética con el terror psicológico: de pronto estás deslumbrado ante tanta elegancia y poesía visual, pero a la vez, horrorizado y con una ansiedad que recorre tu cuerpo y hace que te vayas incomodando más y más; el miedo de pronto transforma el color en oscuridad y silencio. La historia está inspirada en el ensayo “Suspiria de Profundis” de Thomas De Quincey, dándole historia con la vida de unas estudiantes de danza, particularmente una especial, que estudian en una academia reconocida en Berlín, aquella ciudad que siempre me ha parecido gris y sombría, llena de fantasmas y de gente que pareciera avergonzarse de su pasado. Las maestras ocultan un misterio siniestro y poco a poco se van revelando los secretos escondidos entre las paredes, dentro de ellas, en la música y danza que crean. El tiempo se sitúa justo en la época del Berlín dividido, y en medio de ataques entre representantes de Occidente y de Oriente. Así mismo, a mi parecer, la película tiene un discurso político extremadamente fuerte, pues prestándole mucha atención, uno puede percibir en esa terrorífica manipulación de las maestras de la academia (para alimentar y proteger a su líder demoníaco), el mismo lavadero de mentes que fue el nazismo. Al final, el terror es casi al mismo.

Suspiriatermina resultando una película visceral, pero que, con una estética sensacional, se convierte en una coreografía de danza contemporánea que así como busca confundirte, y a veces estremecerte, también consigue dejarte pasmado, enchinarte la piel, y que digas apenas y entre labios, cuando termine: qué obra de arte.