Por Erick Gálvez Ayala

En la encrucijada de añorarte o volverme uno más de los que te aíslan me encuentro, escarbo en mis entrañas las historias cercanas a tu hogar, los momentos de calma traída con tu presencia, ese fuego convertido en hielo, esa espuma desvanecida entre las manos. Estoy seguro que me recuerdas perfectamente, te sigo desde hace algún tiempo cada paso, contemplo tus hallazgos dentro de un entorno que te lleva la contraria, esa muchedumbre enferma se apodera del universo, cada vez hay menos oídos, por el contrario, abundan demasiadas bocas.

Espero que me consideres tu amigo, siento tu aprecio cuando me atraes con fuerza a tus dominios, cuando alejado de la realidad recuerdo cuantos sueños nos hemos compartido, las historias que recordamos con el viento a nuestro lado. Nos hemos acostado en el césped de la furia descontrolada, encontramos la paz con algún paisaje vislumbrado a lo lejos, somos ajenos o tal vez menos diferentes. Me has evitado algunos enfrentamientos, innumerables conflictos porque inspiras paciencia, aquella virtud brillante esparcida fuera del globo terráqueo, estuviste cuando desmoronado ante el bullicio buscaba cerrar la puerta al resto de las personas, acompañaste con tu tranquilidad y definiste el rumbo que debía de seguir.

Extraño tu compañía, te busco y no te encuentro, al menos no de manera inmediata, tengo que cavar en las penumbras para tener unos minutos de tu ser, estoy seguro a pesar de todo que tu valía radica en la carencia, tenerte menos tiempo hace valer más tu compañía, agradezco estar cercano, ser un tipo escandalosamente silencioso, tan afortunado por estar enterrado en una mente voladora, en una miseria soñadora, te agradezco de verdad.

Hoy estas olvidado aunque no por mí, estas asfixiado de tantas letras escritas con rencor, te encuentras herido, sin embargo, extrañamente sabrás tener el momento preciso para aparecer de nuevo en la jugada, no te rendirás ante los habitantes de la razón, no causaras daño porque conoces hasta donde llega la verdad, sabes que en boca cerrada el tiempo se detiene, el raciocinio siempre supera al instinto como la mentalidad supera la mediocridad.

Espero vernos pronto.

P.D. No olvides que la palabra es plata, pero tú, tu eres oro.