Luciérnagas, del exilio a la esperanza

Por Carla de Pedro

 

 

Directora: Bani Khoshnoudi. 

País: México-Grecia-República Dominicana

Año: 2018

Duración: 86 min.

Reparto: Arash Marandi, Flor Eduarda Gurrola,

Luis Alberti, Eligio Meléndez, Ishbel Mata,

Eduardo Mendizábal, Uriel Ledesma. 

 

 

 

 

Advertencia de spoilers

 

 

Luciérnagas es una película dirigida por la cineasta iraní Bani Khoshnoud. Narra la historia de Ramin, un joven iraní homosexual que ha huido de la represión en su país y ha llegado al puerto de Veracruz, un espacio suspendido donde permanece varado sin la posibilidad de entrar o salir, estancado en un sitio cuya lengua y cultura le son completamente ajenos.

Veracruz más que puerto ha sido siempre puerta de entrada, sitio de paso de quienes llegan a nuestro país y se dirigen a otros sitios, ha sido así desde la conquista hasta el exilio español y no es de sorprenderse que siga siendo un espacio de llegada para quienes huyen.

Pero Veracruz no es ningún lecho de rosas, en los últimos años se ha convertido en un lugar en crisis y aunque Guillermo, migrante sudamericano que se hace amigo del protagonista de la película, afirme que cualquier cosa es mejor que quedarse donde estaba, sabe bien que Veracruz no es un lugar de permanencia sino sólo un sitio de paso.

En ese lugar que para muchos es de paso, ha nacido Lety, una joven cuyo papel en el mundo de la migración es el de quedarse. Porque así como algunos se van otros se quedan: allá en Irán, el novio de Ramín; acá en México, Lety, la novia de aquél que se fue a los Estados Unidos y la olvidó.

Lety y Ramín son dos lados de la misma moneda, la de la migración, y aunque sean de culturas diferentes y no se atraigan físicamente serán el uno para el otro un canal de comunicación, de sentido. Porque todos, sin importar nuestro lugar de procedencia, sufrimos igual la soledad. Dicha identificación unirá a estos dos personajes y esta amistad los llevará a experimentar una nueva esperanza.

Ramín, incapaz de comunicarse en su propia lengua, en un sitio donde nadie la entiende, y sin saber hablar español, usa el inglés como camino sinuoso hacia una posible comunicación. Así, dándose a entender en un idioma que no le pertenece, sintiéndose solo y extranjero, sin dinero para partir, trabajando en empleos pesados bajo el sol de Veracruz; Ramín, pese a todas las condiciones en contra, luchará para seguir brillando.

Pues, aunque Pasolini afirma que: “las criaturas humanas de nuestras sociedades, como las luciérnagas, han sido vencidas, aniquiladas, pinchadas con alfileres”, Bani Khoshnoudi, siguiendo a Georges Didi-Huberman, expone que la leve luz de las luciérnagas sigue viva: nosotros, frágiles seres humanos, no hemos sido apagados, seguimos brillando con una luz débil. Esto prueba que el desamparo al que nos obliga a llegar el mundo moderno, que nos exilia de nuestros hogares y nos aleja de la gente a la que amamos, no ha logrado vencernos, aniquilarnos, pincharnos con alfileres.

Veracruz es uno de esos lugares donde, pese al dolor, pese a la violencia, la gente sale de su casa a bailar por las calles, el carnaval es sólo un extremo de la vida cotidiana de este hermoso puerto que no ha sido tampoco aniquilado.

En este puerto, los niños convierten su miseria en brillo cuando se lanzan al mar por una moneda.

Ramin, lanza para un niño una moneda al mar y pide un deseo, en ese acto se nos muestra la esperanza abierta hacia un nuevo inicio, en un mundo donde no hay certezas sobre el futuro pero donde, pese a todo, la luz de las luciérnagas pervive.