El gigante del funk «SLY STONE»

 

Por Erick Gálvez Ayala

 

 

La batalla más difícil de ganar es la que tenemos contra nosotros mismos, se dice por ahí. Pelear contra todo es posible, lo complicado es convencerse a sí mismo, gobernarse, controlarse.

Podríamos hablar de distintos puntos altos en la historia de la música y, en el funk la historia parte con varios representantes importantes como James Brown, The Blackbirds, The Meters o Earth Wind and Fire quienes pusieron en el mapa melódico a este género. Además de ellos, hubo un personaje iluminado el cual conquistó al público por la capacidad de componer melodías bailables de esas que no permiten quedarse solamente escuchándolas, por el contrario, necesitas mover el cuerpo porque transmite, porque emociona, porque impresiona, el hombre del que hablo es SLY STONE. Su historia pareciera que fue escrita por un guionista de Hollywood, de la cima al olvido, de los reflectores a las alcantarillas, de la fama al anonimato.

SLY STONE tuvo su mejor época durante ocho años de 1967 a 1975, en ese tiempo fue capaz de marcar un mito con la extraordinaria banda Sly and the Family Stone, agrupación formada desde luego por hermanos, familiares, amigos y compañeros de ruta. Formada en la década de los sesenta esta banda de funk, R&B y pop captó la atención del mundo por su ejecución mágica, capaces de ofrecer un show de más de 150 minutos, improvisaciones sin cesar, energía, buena vibra en el escenario, una verdadera familia disfrutando de la música. Por si fuera poco, un grupo que estaba integrado por hombres, mujeres, blancos, negros, algo atípico para esos años. Sus años de gloria se dieron con álbumes memorables como:A Whole New Thing”, “Dance To The Music”, “Life” o “Stand!”, estos precisamente fueron sus primeros cuatro discos; “Fresh” y “Small Talk” fueron lo último verdaderamente interesante de la banda comanda por el genial SLY,

Como ocurre a menudo la fama, la prensa y el dinero empezaron a desequilibrar a la banda. En primera instancia, el éxito avasallador de los primeros años de la década de los setenta los tenía llenos de presentaciones en programas de televisión, shows en toda Norteamérica e incluso en Europa. Después la prensa presionaba por los rumores sobre que cantante recibía comentarios de la comunidad de color para que cambiara su estilo y se enfocara más en ser la bandera de esa raza, esto era algo que no le importaba al nacido en Texas.

Por otro lado, las mieles del dinero tenia locos a los Stone (Freddie, Rose y Sly) además del resto de integrantes (Larry Graham, Greg Errico, Jerry Martini y Cynthia Robinson), cada uno disfrutaba de sus propios vicios, autos de lujo, mansiones, drogas, apuestas, mujeres, etc. No había modo de controlar ese torbellino de fama tan rotundo. SLY hizo caso a sus allegados disolviendo la banda para empezar su carrera en solitario, esa que estaría llena de fracasos comerciales y administrativos; el momento de mostrar la brillantez tras los años de inspiración llegaba sin estar preparado, la poca autocritica del músico con respecto a lo que vendría en sus discos le haría perder todo lo que tuvo en un puño, así de fácil vino, y así de sencillo se fue. Con el fracaso como sinónimo de sus últimos trabajos de la segunda parte de los setenta y ochenta, los demonios de las adicciones, cocaína, crack, entre otros, le hicieron caer constantemente en lapsos prolongados depresivos, cayendo en clínicas de rehabilitación, nada parecía levantar a quien para muchos había colocado el funk  en un altar

SLY & THE FAMILY STONE tuvo excelentes canciones que serán incluidas seguramente dentro del soundtrack de los amantes de la buena música, piezas como: «Underdog», «If You Wan Me To Stay», «Run, Run, Run», «Can´t Strain My Brain», «Holdin On», «Dance To The Music» o «Greed».

Fueron fundamentales para la cultura negra sin intentarlo ser, escribieron paginas memorables, dieron conciertos fabulosos, los denominaron como una de las bandas más recomendadas para ver.  El camino de SLY quien lideró este fenómeno se llenó de piedras imposibles de esquivar, hoy su vida está llena de contradicciones, viviendo en albergues, en el abandono social e incluso musical, recordando entre alucinaciones su pasado, con imágenes esporádicas de cómo se movía en el escenario detrás de sus teclados, añorando vivir y no solamente sobrevivir.

 

«El tiempo es la educación, incluso cuando te dicen, es la sofisticación» – SLY STONE