Breve historia de los cafés en México

 

Por Carla de Pedro

 

 

Como bien sabemos los que hemos disfrutado de un rico café en el Gran Café del portal o en La parroquia en el centro del puerto de la Vera Cruz, la historia de los cafés (cafeterías) en México inicia por allí. Lo sabemos, desde luego, porque lo dice el mantel, en donde se menciona el origen de esta deliciosa y energética bebida.

Según la leyenda, el café fue descubierto por un pastor árabe que notó que sus cabras comían una pequeña fruta parecida a una cereza y, posteriormente, se comportaban de una manera muy activa, tan locas como unas cabras.

Según plantea Gerardo Sánchez Díaz, del Instituto de Investigaciones Históricas, la primera cafetería en Europa se instaló en Venecia en 1615. Pero en realidad la moda de los cafés inició en París, las modas siempre empiezan en París, cuya primera cafetería fue fundada a finales del siglo XVII por Procopio Cottelli (el café se extendió gracias a los italianos). Se rumora que esa cafetería es la mismísima y famosa Le procope, que hoy en día es restaurante y no sólo café.

 

El café comenzó a cultivarse en Veracruz, esto es claro, pues no sólo era este puerto, más que un puerto una puerta de entrada a México, sino que también contaba con una tierra privilegiada.

La primera cafetería de México, según dicen, fue El gran café de la Parroquia inaugurado en 1808, fue nombrado así por ubicarse justo frente a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Hoy en día, el café de La parroquia se localiza frente al malecón y la edificación original pertenece al Gran café del portal.

Por su parte, en la ciudad de México, fue a finales del siglo XVII que se abrió un primer expendio de café en la calle de Tacuba. Aclaremos: expendio, no cafetería.

Fue hasta las primeras décadas del siglo XIX que se establecieron los cafés en nuestra hermosa ciudad. Menciona Sánchez Díaz que los cafés que se fundaron durante ese siglo fueron: El Cazador y Minerva,  el Café Colón, el París, el Monte Cario, el Iturbide, La Paix, La Maison Dorée, el famoso Café Tacuba, el Sanborn’s, el Café Madrid, el Café Brodway y el Café La Habana.

Hoy en día en la ciudad se observa una fuerte inclinación por tomar café, a pesar de que el Nescafé sigue vendiéndose en la tiendita de la esquina como agua caliente (en efecto, eso es).

La moda impuesta por diversas franquicias ha dejado algo bueno, pues más allá de la mercadotecnia, ha sensibilizado el paladar de los que siguen las modas. Ahora que conocen el sabor del café, podrán salirse del Starbucks y buscar un buen café en una pequeña cafetería, no les será tan caro y les sabrá muy bien (mucho mejor que el Nescafé). Como diría otra franquicia, con la cual coincidimos: “Any time is coffee time”. En efecto, cualquier momento es bueno para un buen café.