TORRES
Por Carla de Pedro
He perdido muchas torres.
Una de esas esta tarde
apenas.
Era de cristal y
ahora
es astillas en mis manos.
Yo misma la apreté contra mis puños
y era frágil.
Sólo quería sentirla mía,
quererla mía.
No se pueden poseer las torres.
No se puede amar con este amor mío
que destruye.
No se puede vivir así
sintiendo los vidrios en las palmas,
sintiendo los vidrios en el alma,
enterrados.
¿Cómo pido ahora ayuda?
¿Cómo pido ahora TU ayuda,
que es lo único que importa?
Te quiero,
y allí acaba mi certeza.
Todo lo demás son trozos,
fragmentos,
escombros,
heridas…