Para ponerles un altar «SUNDAY BLOODY SUNDAY» by U2

 

Por Erick Gálvez Ayala

 

 

La década de los 80s está repleta de grupos así como de música desechable, fue el momento en donde se invirtió más en una imagen que en un proyecto artístico. Eran años en los que la industria era más determinante: dance, maquillaje y spray eran sinónimo del sonido de esa época.

Desde luego el mundo seguía (y aún sigue) en un caos interminable. Pocos relataban las circunstancias que poseía el globo terráqueo para mantener ese aire de catástrofe más que de esperanza. Uno de los grupos que por ese momento daba testimonio de las situaciones deleznables ocurridas años atrás en su país era U2, sus integrantes: Paul Hewson (Bono), Adam Clayton, Dave Evans (The Edge) y Larry Mullen ponían el dedo en la llaga, recordaban aquel día trágico en Irlanda del norte, el llamado «Domingo sangriento«.

En 1983 U2 editó su álbum War, gran trabajo por el cual empezaron a ser conocidos a nivel internacional, aunque no eran de los grupos influyentes en la época aún.

U2 encontraría su estilo desde el primer corte, «Sunday Bloody Sunday«, reconocida como una de las mejores piezas grabadas por la banda. Arranca con una batería que va llevando el corte del relato de ese día donde 14 hombres fueron asesinados por las autoridades británicas. Bono recuerda el acontecimiento de 1972 desencajado desde las primeras líneas: «No puedo creer las noticas de hoy…No puedo cerrar mis ojos y hacer que se vaya«. La guitarra de The Edge viaja por la lírica dando puntadas distorsionadas con las que el tema construye una estructura rítmica espectacular. La interpretación de Bono sufre, no estamos ante una pieza oportunista, hay verdad, hay miedo, hay carencia de entendimiento, hay molestia por el abuso de autoridad.

Siguiendo con el ritmo de la canción, Larry Mullen da una cátedra de cómo sostener el peso, su ejecución es complicada e imaginativa, tal vez todo baterista inicial debería de comenzar por este tema su recorrido musical, simplemente increíble.

La comunión con Adam Clayton en el bajo y los riffs del gran The Edge exhiben lo buena banda que era U2, la letra avanza por caminos conocidos cuando menciona: «Hay muchos perdidos, pero dime ¿quién ganó?». El coro repite el domingo sangriento, pregunta cuánto tiempo se repetirá la misma canción, un distinto evento con muy similar solución.

«Sunday Bloody Sunday» es un clásico del rock ochentero, un himno que implica una introspección por lo injusto, por lo salvaje, por lo infame. No es una cuestión de tomar partido, es una forma de atestiguar las grandes matanzas llevadas a cabo en nombre de una religión un partido político o una supuesta justicia.

Ha sido interpretada por Red Hot Chili PeppersJay Z, ingresada en la lista de la revista Rolling Stone como una de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. 

U2 tiene su lugar en la historia de la música a pesar de sus detractores, aunque es verdad que con el tiempo vino a menos. Dejaron de explorar nuevos sonidos y quizá pusieron demasiada atención en salvar el mundo. La banda no volvió a ser la misma, sin embargo, tienen grandes canciones en su historial, son de los mejores exponentes de una década pobre musicalmente y Sunday Bloody Sunday lo deja claro.

 

«Y es verdad que somos inmunes; cuando el hecho es ficción y realidad televisiva; hoy millones lloran; comemos y bebemos mientras mañana mueren”.

Sunday bloody sunday, War, U2.