Reseña de Ad Astra de James Gray

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

James Gray ha demostrado que es un buen narrador de historias en películas “pequeñas” como We own the night y Two Lovers, dos trabajos altamente notables que hicieron que el director pegara el salto a producciones más elevadas como The Immigrant y The Lost City of Z, donde sin embargo, a pesar de ser un par de películas interesantes, el resultado global distaba mucho de ser redondo. Ahora Gray se enfrenta al que es el mayor reto de su carrera con la super producción que supone Ad Astra, la primera incursión del realizador en la ciencia ficción.

Como en la mayoría de la filmografía del cineasta, el lazo familiar juega un papel muy importante en la trama de Ad Astra, pero es la soledad; desde un sentido más personal llevándolo hasta un aspecto universal, el elemento que mayor predomina en la cinta. Desde un principio Gray tiene claro a dónde quiere llegar y lo que quiere contar, el mensaje es claro, preciso. pero también es redundante, sintetizando mejor ciertos tramos se pudo llegar al mismo resultado y la película ganaría en narración.

Está claro que la intención de Gray no es hacer un filme espectacular del tamaño de Gravity o Interstellar sino algo más íntimo como First Man, sin embargo ese retrato personal termina por ser sumamente frio, consecuencia del mismo tratamiento y de un guion que no termina por profundizar y que se vuelve repetitivo con respecto al dibujo psicológico del protagonista, un Brad Pitt contenido, entregado, pero cuyo mismo personaje no da para más.

Visualmente Ad Astra está bastante bien conseguida, Hoytema maneja perfectamente la iluminación sobre todo en el acto que se desarrolla en el planeta Marte, pero da la impresión que se pudo llegar mucho más lejos. Se nota que es la primera super producción de su director, demasiado potencial que no termina por explotar, más allá de la primera secuencia en el satélite (fabulosa), el resto queda en un “bien” sin mucho más que resaltar.

Al final de terminar de ver Ad Astra queda la sensación de que había aquí una película mucho más gigante que nunca vio la luz, hay ideas fascinantes, hay momentos de buen cine reflexivo, no obstante al final termina siendo un producto atractivo al que le falta músculo para llegar a niveles de inmortalidad.