Reseña de Portrait of a Lady on Fire de Céline Sciamma

 

Por José Luis Ayala Ramírez

Twitter: @ayala1788

 

 

Romántica, apasionada, sensual, poética y muy triste son algunos de los adjetivos con los que podemos definir a la francesa Portrait of a Lady on Fire, un relato de época ambientado en el siglo XVIII pero que posee un tratamiento sumamente moderno que hacen pensar que el filme se podría haber ambientado en cualquier época posterior, haciendo de este un retrato atemporal sobre la mujer.

Uno de los pilares fundamentales de la historia es la pintura la cual funciona como perfectamente alegoría para describir el filme en sí, pues se cómo pequeñas pinceladas que van formando un cuadro artístico, Portrait of a Lady on Fire se toma su tiempo para ir desarrollando gradualmente los acontecimientos que van ocurriendo, pequeñas escenas, miradas, deseos y obsesiones que van manifestándose en la personalidad de las protagonistas para ir creando un poema visual, pues cada fotograma de la misma forma parece tocado por el pincel que el de una obra de arte.

Céline Sciamma narra con precisión y profundidad haciendo énfasis en pequeños detalles que se van manifestando sobre todo a través de silencios prolongados, poco a poco el romanticismo se va apoderando en pantalla para luego dar paso a la pasión y finalmente a la tristeza que es lo que emana de este melancólico relato que tiene además la cualidad de ir arrojando temas por los que la mujer ha tenido como obsesiones, amor, deseo, descubrimiento pero sobre todo decisión, decisiones de su vida, que afectan tanto mente como cuerpo.

Excepcional tour forcé que sostienen las dos protagonistas, por un lado Noémie Merlant quien lleva el peso desde el minuto inicial y quien es la guía de la historia y narradora principal, y por otro lado esta Adéle Haenel que a través de miradas y gestos va creando un personaje fascinante, hermoso y triste, utópico pero maldito a la vez. Ojo a la escena final de Haenel, una clase magistral de manejo de emociones y registros, todo sin decir una sola palabra.

Portrait of a Lady on Fire es cine poético y melancólico, bello y trágico, los protagonistas y el espectador saben lo que les espera al final, lo importante es el trayecto que lleva ahí el cual es una odisea a las emociones y el arte de la pintura, mezclados el resultado es fantástico.