«Bohemio con suerte» Shane MacGowan

 

Por Erick Gálvez Ayala

 

 

Todo lo enfermo, aquello detestable, eso fuera de lo convencional, duele, hiere, lastima. En este mundo quien sale de los moldes dictados, tiene un lugar asegurado delante del dedo índice de la sociedad, está condenado a la persecución, si es lo suficientemente valiente puede alejarse y hacerse de oídos sordos, o por el contrario puede ser víctima de las circunstancias, es decir, terminar dándole la razón a esos detractores. Shane MacGowan ha vivido las dos caras de la moneda, ha sido capaz de escribir algunos de los mejores textos musicales y también ha caído en un abismo de adicciones, eso sí, genio y figura, fiel a sus convicciones. Shane está rodeado de muchas historias, la primera es que sus tíos cuando tenía escasos 10 años de edad le regalaban botellas de whiskey, además de que fumo sus primeros cigarrillos por esos días. Como suele suceder, el enigma de la vida de este irlandés nacido en Londres es enorme, lo único cierto es que el camino del extraordinario interprete ha sido de altibajos, tan cerca de la gloria como de la ruina, siendo un bohemio cabal, teniendo suerte de estar vivo, eligiendo un sendero de locura.

Anclado en la música tradicional, el también poeta vagaba como seguidor de la música punk, la agresividad contenida por los maltratos históricos hacia su tierra por el pueblo británico le forjaron de un carácter extremo, pero él no concebía la lucha por medio de guerras, más bien se enfocó en cuestionar desde su trinchera, con la bandera de sus textos, con la furia de sus frases. Admirador de escritores como: Baudelarie, Bukowsky, Lorca, Joyce o Behan, y de bandas como Sex Pistols, The Stooges o Velvet Underground, inicio su camino a principios de los ochenta con The Pogues, un grupo que lo mismo mezclaba el folk, la música tradicional irlandesa de protesta y el punk más expuesto en la lírica. Shane siempre quiso vivir al extremo, para su forma de entender su estancia en este mundo, lo importante era dejar huella, su expresión artística seria su carta de presentación, escribir de la vida, de la muerte, del sexo, solo la realidad viviría dentro de su arte, la ficción sería poco recurrente en su trabajo.

Red Roses For Me fue su debut discográfico, un álbum inmaduro, con un estilo distinto a lo que se oía, la reputación de la banda en lo musical no existía, pero el rumor de la grandes parrandas de sus integrantes sí que daban mucho de qué hablar en el underground de la Gran Bretaña. La voz de MacGowan tomaba su propio estilo, ardiente, salvaje y solitaria. Después vendría Rum, Sodomy And The Lash, un segundo disco memorable, tal vez por la aportación de Elvis Costello como productor o por la madurez como letrista del cantante. Grandes clásicos del grupo forman parte del álbum: «The Old Main Drag», «A Pair Of Brown Eyes» Y «Billy´S Bones». Lo siguiente fue, Poguetry In Motion, un EP con cuatro temas, tres de ellos fantásticos: «London Girl», «The Body Of An American» y «Rainy Night Un Soho». 

If I Should Fall Grace With The God llegó en 1988, aquí MacGowan ya era catalogado como uno de los mejores autores jóvenes, sus problemas de adicciones se mantenían, heroína y alcohol eran sus principales compañeros. Peace And Love fue el siguiente álbum de larga duración mientras que continuaron con un EP Yeah Yeah Yeah Yeah Yeah y Hells Ditch, el último trabajo con Shane como cantante. Sus problemas de salud originados por sus excesos le perjudicaron bastante, la muerte de la que tanto hablaba en sus letras parecía vagar cercanamente.

Tras varias participaciones especiales así como la rehabilitación esperada, MacGowan regreso con la banda The Popes, donde lideraba a músicos del calibre de Tom McManamon, su vuelta se daría con The Snake, si bien la esencia de Shane se mantenía, había un poco más de oscuridad, la agrupación continuaría con The Crock Of Gold y más tarde editaría un directo. Entre las piezas más representativas de esta banda están: «The Song With No Name», «Aisling», «That Woman´S Got Me Drinking», «A Mexican Funeral In Paris», «Rock And Roll Paddy», «Lonesome Highway», Truck Drivin´ Man» y «St Jhon Of Gods».

Shane MacGowan es un sobreviviente, un animal herido, un desconcertante compositor, iluminado pero que siempre ha querido ser opaco, enfermo, vencido, teatral en su interpretación, carismático, todo un poeta que vivió en el extremo de la pobreza más radical, en los suburbios del olvido. Es un personaje querido por el núcleo, Van Morrisson, Bono, Nick Cave, Johnny Depp, Tom Waits entre otros le han reconocido por su obra. Aunque tal vez nunca volvamos a escuchar algo nuevo de él, su altar está asegurado, es un bastardo con estilo, un adicto convencional o más bien un bohemio con suerte.

«No somos quien de juzgar la vida de nadie, cada persona elige como vivir su vida» Nick Cave.